José Morales, un joven puertorriqueño de 23 años, transmitía en Periscope el espectáculo de los drag queens en la discoteca gay Pulse, en Orlando, mientras varios usuarios de esta red social enviaban sus mensajes. Pero uno de ellos fue premonitorio: “Espero que tiroteen ese lugar”.
Cerca de las dos de la madrugada, Morales le dijo a su pareja y a su prima que quería irse del club. “Una vez que le digo vámonos, que estamos caminando, ahí es que empiezo a escuchar esta balacera”, relató a Univision Noticias.
“No era una balacera de esas pistolas regulares. Se escuchaba como una pistola automática. Los sonidos fueron horribles. Todas las personas (estaban) corriendo y sangrando. Muchas personas se cayeron. No sabía qué hacer, si esconderme o correr para mi casa. Lo que hice fue esconderme detrás de una muralla a esperar por mi prima”, contó.
Eran “unas explosiones bien grandes (…) muy fuertes, muy horribles”, recuerda más de 12 horas después en las que no ha podido comer ni beber nada. Tampoco dormir.
No puede descansar. Las imágenes que tiene en su mente le golpean tan fuerte que durante la entrevista su voz se corta. Sus ojos, a veces se humedecen. “Yo ya he llorado tanto que ya estoy inmune. No tengo lágrimas para botar de tanto que he llorado”, se disculpa.
“Si cierro los ojos veo la sangre y todas las cosas que no me hubiera gustado ver”, nos relata. Ahora en su casa, más tranquilo, va tomando conciencia de lo ocurrido.
“Vi mucha, mucha, demasiada sangre. Es una experiencia que no se la deseo a nadie”, dice el joven puertorriqueño.
“Vi a uno de mis amigos que le pegaron dos tiros, uno en cada pierna. Lo agarramos y lo llevamos a una ambulancia que había cerca con ayuda de otro oficial. Luego que llevamos a mi amigo a donde estaban los paramédicos nos dejaron en un area cuidándonos porque seguía la balacera”.
Después, los trasladaron al Departamento de la policía para interrogarlos. “Todo el mundo en el bus estaba sin camisa, llenos de sangre. Una experiencia horrible”, recuerda.
José Morales, uno de los supervivientes del #pulseshooting: “Aún no he podido comer ni dormir” @UniNoticias pic.twitter.com/ZEdjSIlP4a
— José Ángel Gonzalo (@jangelgonzalo) 12 de junio de 2016
Durante ese tiempo no pudo comunicarse con su madre. Él se había quedado sin batería en su celular por haber estado grabando en el club.
Al principio ella pensó que había habido una balacera pero “pequeña, ella no sabía que había habido una masacre”. Pero luego, al conocer lo que realmente había pasado se puso “histérica” hasta que finalmente pudo localizarlo.
“Una de las cosas que me pareció rara es que como una hora y media antes de que se acabe el show me envían un comentario que decía ‘I hope that place gets shot up’ (“Espero que tiroteen ese lugar”). Eso me llamó mucho la atención”.
Morales, sin embargo, no presagiaba lo que ocurriría un rato después. La noche latina transcurría como todos los sábados.
“La estábamos pasando muy bien. Salí a disfrutar una noche de gozadera y terminó en una masacre”. |JMS