WASHINGTON. El cantante y actor mexicano Alejandro “Jano” Fuentes, exconcursante del programa “La Voz México”, murió este sábado en Chicago (Illinois, EU) tras casi dos días en estado crítico en un hospital local por recibir múltiples disparos de bala, según informan hoy medios locales.

 

Fuentes, que estuvo entre los 10 primeros finalistas en el programa “La Voz México” en 2011, falleció la tarde del sábado en el hospital Mount Sinai de Chicago a raíz de los disparos de bala que recibió el jueves, cuando celebraba su 45 cumpleaños.

 

Según las autoridades de Chicago, el mexicano se encontraba dentro de un vehículo en el barrio de Brighton Park y fue abordado por un sujeto armado que le exigió salir del automóvil.

 

El cantante se negó y recibió tres impactos de bala en la cabeza, tras lo cual el atacante se dio a la fuga, de acuerdo con la Policía, que aún no ha detenido a ningún sospechoso.

 

Fuentes fue trasladado al hospital en estado crítico y la Policía dijo en un primer momento que había muerto poco después del tiroteo, pero en realidad le mantuvieron con vida con la ayuda de máquinas para que sus familiares pudieran llegar desde México, según amigos del cantante citados por el diario “The Chicago Tribune”.

 

Originario de la ciudad de Guadalajara, en el estado mexicano de Jalisco, Fuentes llegó a Chicago en 2014 y abrió una escuela artística, “Tras Bambalinas”, en la que enseñaba a jóvenes a cantar, bailar, actuar y ser modelos.

 

El tiroteo se produjo muy cerca de esa escuela, en la que Fuentes también vivía, y los amigos del cantante dijeron al “Chicago Tribune” que no se les ocurría quién podría haberle atacado.

 

“Por eso es terrible para nosotros, porque no tenía ningún enemigo, no tenía un problema con nadie. Era un caballero”, aseguró al diario Miguel Sánchez, un colega profesional de Fuentes.

 

Víctor Gulley, un organizador de teatro de Chicago que trabajó con Fuentes, le definió como “una de las personas con más talento” a las que ha conocido jamás.

 

“Podía cantar, podía bailar, podía escribir la música, tocarla y, lo más importante de todo, podía enseñarla. Nunca he conocido a nadie con tanto talento en todos esos campos”, afirmó Gulley al “Tribune”.