Las redes sociales y los macrodatos son los “mejores termómetros” para captar el sentimiento de un país ante cualquier política pública, asegura a Efe el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Fabián García.

 

En este sentido, una de las fuentes empleadas para la obtención de información es la red social Twitter, en la que “se revisan alrededor de 60 millones de tuits para determinar su polaridad en un momento dado”, es decir, “si es positiva o negativa”.

 

García, quien ha participado en el simposio sobre “Advances and Applications of Data Sciene & Engineering” organizado por la Real Academia de Ingeniería (RAI) de Madrid, explicó que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México (INEGI) elabora mapas que “reflejan el bienestar de la sociedad en función de los mensajes que envía”.

 

Esto es debido a que “cada uno de los tuits puede estar asociados a un sistema de geolocalización”.

 

“Cada uno de ellos sufre un proceso de filtración para eliminar aquellos que no aportan nada, así como para reservar las palabras que se consideran clave. Mediante el uso de diferentes técnicas de inteligencia artificial, se llega a la conclusión de que un cierto mensaje esconde un aspecto positivo, negativo o neutro”, afirmó.

 

La fase de selección conlleva un “trabajo laborioso” dado que una persona puede ser “muy explícita” en algunos de sus mensajes, a través de los cuales “puede llegar a plasmar con facilidad si está de buen o mal humor”, pero hay algunos casos en los que se impregnan de “un cierto nivel de indefinición o sarcasmo”.

 

Hoy en día, gracias a las técnicas de inteligencia artificial denominadas “de aprendizaje profundo”, se ha avanzado hasta llegar “a un nivel más preciso de definición que permite adoptar una postura en uno u otro sentido”.

 

Otro de los ámbitos en los que ha trabajado García es la aplicación de las tecnologías de la información y la comunicación en la detección de yacimientos de petróleo mediante el procesamiento de datos sísmicos.

 

En este campo, “se utilizan algoritmos que se aplican a la información sobre terremotos para comprobar cómo será la naturaleza del terreno, además de determinar su origen “con una cierta probabilidad” y, a continuación, “se preparan los equipos de perforación para que apunten el lugar exacto”.

 

Para ello, este científico y su equipo han desarrollado un “software” basado en estas técnicas, empleado en la actualidad por Petróleos de México (Pemex).

 

“El ‘big data’ puede utilizarse en todo aquello que pase por la imaginación”, apuntó García, quien destacó “el enorme volumen de información que se genera a cada minuto”, que el los últimos dos años, “ha sido superior al producido durante toda la historia de la Humanidad”.