Primero rusos e ingleses golpeándose en las calles y poniendo en jaque a la organización del evento, luego, los equipos que hasta hoy mantienen el nivel de calidad por debajo de lo esperado.
Pocas cosas para el recuerdo hasta hoy: el gol de Shaquiri, el equipo alemán y la increíble muestra de civismo que nos han regalado los aficionados irlandeses; un verdadero oasis después del violento inicio. Cánticos de alegría, fiesta, convivencia con la policía, la gente local e incluso con los aficionados rivales. Verlos cantar y poner dinero en la ventanilla de un coche que accidentalmente dañaron ha sido gratificante; pararse frente a la policía para alabarlos musicalmente, inigualable. Verlos cantar “Clean up for the boys in Green”, al tiempo de recoger la basura y los botes de cerveza que habían dejado en un parque de burdeos, sin igual.
De ellos sale la historia de esta Euro, la historia del héroe desconocido que fue capaz de enamorar el mundo futbolero sin si quiera jugar un sólo minuto. Se llama Will Grigg, jugador de Irlanda del Norte.
La historia comienza con un fanático del Wigan inglés, equipo al que pertenece Grigg y quien fue clave para conseguir el ascenso a la Segunda División. Su nombre es Sean Keneddy quien hizo un video con la canción “Feedom from desire” de la cantante italiana Gala Rizzatto, sin embargo adaptó la letra cantando en el coro: “Will Griggs on fire, your defense is terrified”, que traducido quiere decir que el jugador está en fuego, o sea enrachado, por lo que la defensa rival esta aterrorizada”
El video se hizo viral en Internet y los fanáticos la adoptaron como su himno: la cantaron en la calle, en el metro, en los bares y en los estadios. Fue tal el éxito que se convirtió en la más descargada de iTunes en el Reino Unido, y por si fuera poco el presidente del Wigan le ha regalado a este aficionado un abono para que asista a todos los partidos del equipo la próxima temporada.
Simplemente maravilloso.
Así como poco a poco va maravillando Alemania, un equipo que con el transcurrir de los minutos juega mejor y mejor todo lo contrario de otro equipo que ya forma parte de los mejores ocho: Portugal, un cuadro que posee un futbol gris; que carece de imaginación y se entrega a los brazos de Cristiano Ronaldo esperando que resuelva lo que los demás no pueden.
Falta ver a España e Italia, y sí, con gratísimas sopresas como la de Gales o la confirmación de una gran generación belga, pero en términos nos generales de no ser por Alemania y los aficionados irlandeses, esta Eurocopa no ha dejado grandes pasajes para el recuerdo.
Una prueba más que la cantidad no es directamente proporcional a la calidad, y sirva esto para aquellos que comparten la idea de expandir el Mundial de futbol, que de por sí, con el incremento de hace años, mucha paja deja en el camino.