Con caídas generalizadas en los mercados arrancó este lunes, el segundo día hábil después del triunfo del Brexit. En México, el peso padeció el fortalecimiento del dólar estadunidense, que se acercó a su máximo histórico del 11 de febrero pasado.
En operaciones al mayoreo la divisa verde escaló 26 centavos, a 19.19 pesos y en ventanillas bancarias de Banamex subió 23 centavos, para cerrar en 19.48 pesos. En ambos casos, se trata de los niveles más altos después del 19.40 y 19.57 que, respectivamente, reportaron en aquella ocasión.
Banco Base explica que las consecuencias del Brexit generan volatilidad a los mercados financieros globales, debido a que se reflejan los riesgos hacia adelante para la economía global.
Las principales bolsas de América Latina, a excepción de Montevideo, finalizaron a la baja con cifras que escoltan los resultados finales obtenidos en Wall Street y los mayores mercados de Europa, como consecuencia del Brexit, que se resiste a dejar su marca negativa en los mercados.
A la lista de descensos en el cierre de la sesión bursátil se sumó el mercado petrolero, que siguió el desplome de la sesión del viernes pasado. Según analistas, esto podría ser el inicio de un largo camino que queda por delante, abarrotado de negociaciones duras y llenas de confusión.
En este escenario, y previo al anuncio del jueves, cuando el Banxico anuncie su decisión de política monetaria, Barcklays y Banorte apuntaron a que la reacción de los mercados empujará al Banco de México a subir sus tasas entre 25 y 50 puntos base de forma anticipada a la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed, por sus siglas en inglés), como lo hizo en febrero pasado.
El banco suizo UBS consideró que la disminución de las tasas de interés de la mayoría de los países desarrollados funcionan como “colchón” para que los activos de riesgo que ofrecen los mercados emergentes, como México, sean el centro de atención para los inversionistas internacionales; sin embargo, en caso de que la salida de Reino Unido impacte en el ciclo económico europeo, las tasas y la volatilidad se incrementarán en el mediano y largo plazo, restando atractivo a la oferta de inversiones en los países emergentes.