LONDRES. El virus del zika ha sido asociado a microcefalia y anormalidades cerebrales en recién nacidos, sin embargo investigadores advierten que existen casos de bebés con cabeza del tamaño normal pero que también tienen daños en el cerebro.
La conclusión llega tras un nuevo estudio sobre las características de la infección congénita del virus en términos de resultados clínicos, antropometría y supervivencia realizado en Brasil con bebés nacidos de mujeres infectadas de zika.
En noviembre de 2015 se informó de una epidemia de microcefalia en Brasil, que más tarde fue atribuida al zika, y hasta el pasado 4 de junio un total de siete mil 830 casos sospechosos se habían notificado al Ministerio brasileño de Salud.
Para la investigación, los expertos revisaron mil 501 casos de infantes nacidos en parto natural, cuya investigación por parte de equipos médicos a nivel estatal había concluido el pasado 27 de febrero.
Los bebés fueron clasificados en cinco categorías basadas en los resultados de neuroimagen y análisis de laboratorio para el virus del zika y otras infecciones pertinentes.
Los casos catalogados como “definitivos” tuvieron evidencia del virus en análisis de laboratorio; y los “altamente probables” presentaron hallazgos específicos de neuroimagen y resultados negativos de laboratorio para otras infecciones congénitas.
En los “moderadamente probables” había hallazgos específicos de neuroimagen sin descartar la posibilidad de infecciones; “poco probables” reportaban hallazgos en imagen, pero sin detalles; mientras que otros fueron clasificados como casos descartados.
La circunferencia de la cabeza por la edad gestacional se evaluó con las normas de intercrecimiento, mientras que la mortalidad en la semana primera y la historia de la erupción fueron proporcionados por los equipos médicos del Estado.
Los resultados, publicados en la revista The Lancet, muestran que una quinta parte de los bebés que serían clasificados como normales en realidad presentan anomalías cerebrales, por lo que los investigadores advierten sobre daños cerebrales con o sin microcefalia.
La infección de zika, que no presenta síntomas en la mayoría de la gente, sí puede conducir daño cerebral en fetos o recién nacidos, de manera que el riesgo es mayor a los que se había determinado previamente.
Los investigadores explican que la cabeza ha logrado la mayor parte de su crecimiento a las 30 semanas de gestación y creen que una infección de zika después de este punto todavía afecta al cerebro, pero que ya no se muestra como microcefalia.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado al zika una emergencia de salud pública mundial, debido al riesgo que presenta para los bebés. DEC