La camisa se remonta a la época egipcia, por el año 1,500 a. C., y era considerada una prenda interior de color blanco y sin botones, cuyo principal objetivo era cubrir y proteger el cuerpo. Con el paso de los años se fue transformando hasta llegar a ser una vestimenta aristócrata y en la actualidad representa una prenda de vestir que mantiene su estatus. Aquí algunos tips para que la uses como se debe:
– Considera algunos detalles al momento de elegir una camisa de autoridad. En primer lugar el color por excelencia es el blanco.
– Existen diferentes estilos de cuellos, pero lo que tenemos que cuidar es que al abotonarla las puntas en la parte superior interna deben de juntarse perfectamente y que puedas introducir un dedo entre tu cuello y la camisa para que ajuste cómodamente.
– En los hombros la costura deberá llegar al hueso de la clavícula para que con la línea de la costura se vea recta.
– Se debe considerar que sea de fibras naturales, preferentemente algodón 100%, pues aunque suelen ser difíciles de planchar, su calidad es óptima.
– El largo adecuado de la manga es hasta el inicio de tu mano para que al usar el saco sobresalga de medio a un centímetro, marcando una línea blanca que hará una diferencia y contraste elegante.
– Cuida que no sobre mucha tela, tanto del tórax como de los brazos, para que tu apariencia sea más delgada.
– Usa siempre tu talla.
– Cuida que esté perfectamente planchada e impecable.
– La camisa sin bolsa al frente es más elegante.
– Los puños con doble ojal para mancuernilla comunican mayor autoridad y no son pasados de moda; cuida que te queden cómodos en caso de usar reloj.