BRASILIA. El Presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, quien dio inicio al juicio político a la Presidenta Dilma Rousseff, renunció a ese cargo pero no al escaño, que aun así puede perder en un proceso abierto por ese órgano legislativo.
“Solamente mi renuncia puede ayudar a estabilizar la Cámara”, presidida en forma interina por el legislador Walter Maranhao, quien no cuenta con el apoyo de los diputados, declaró Cunha en una rueda de prensa, con la voz quebrada y al borde de las lágrimas.
Cunha hizo alusión a ese asunto y aseguró que, desde que puso en marcha el trámite que llevó a instaurar el juicio contra Rousseff, ha sufrido una “persecución” que, incluso, afirmó que fue la causa que llevó a la Corte Suprema a suspenderlo del ejercicio de su cargo mientras le juzga por supuesta corrupción.
El político enfrenta dos procesos en la Suprema Corte y varias denuncias de haberse beneficiado con los desvíos de fondos ocurridos en el ente estatal Petrobras. Además, es objeto de un proceso de impugnación de su mandato como legislador en la Cámara Baja, por haber ocultado tener cuentas bancarias en Suiza. Según las autoridades helvéticas, las cuentas fueron usadas para depositar el dinero fruto de presuntos sobornos.