LISBOA. El presidente luso, Marcelo Rebelo de Sousa, condecoró hoy a la selección de Portugal con el título de comendador, la mayor distinción civil que se puede otorgar en el país, después de conquistar la Eurocopa ante Francia (1-0).

Seleccion_Portugal

El avión “Eusebio”, bautizado así en honor al mítico futbolista portugués, aterrizó en Lisboa al mediodía y los jugadores se desplazaron al Palacio de Belém -residencia oficial del presidente-, donde recibieron un diploma honorífico, ya que las medallas todavía no están preparadas.

 

El capitán Cristiano Ronaldo, ataviado con una bandera de su natal Madeira, fue el último en recibir la distinción entre los aplausos de los presentes, entre los que también se encontraba el primer ministro luso, António Costa, y los líderes de los principales partidos políticos.

 

“La orden del mérito no es la mayor condecoración que habéis recibido o que vais a recibir: ésa fue dada por el pueblo portugués y está llena del orgullo y la gratitud por aquello que hicieron durante más de un mes por Portugal”, dijo Rebelo de Sousa.

 

El presidente defendió el juego de la selección durante la Eurocopa y aseveró que la consecución del título no fue sólo cuestión de suerte.

 

“Hace un mes y tres días dije que sois los mejores de Europa y mucha gente me dijo que sois buenos pero tenéis suerte. Ha quedado demostrado que no hay casualidad ni suerte y que no sois un equipo cualquiera ni hubo otro equipo mejor. Son los mejores de Europa y toda Europa y el mundo lo dijo”, defendió Rebelo de Sousa.

 

El jefe del Estado luso también quiso dedicar unas palabras a los emigrantes portugueses, en especial a los que están en Francia, donde se calcula que viven en torno a un millón de portugueses y lusodescendientes.

 

“Hoy los emigrantes llegan al trabajo y dicen que somos tan buenos como vosotros”, celebró.

 

Centenares de personas se agolparon a las puertas del Palacio de Belem, desde donde pudieron ver a los jugadores cantar el himno nacional junto al presidente y levantar la copa.

 

Tras la recepción con el jefe del Estado, los futbolistas recorrerán los principales puntos de Lisboa a bordo de un autobús, que pasará por la céntrica plaza de Marqués de Pombal, la Avenida Liberdade, el Rossio y acabará en la Alameda Dom Afonso Henriques.

 

En Alameda, donde durante todo el campeonato se han proyectado los partidos de la selección lusa, está instalado un escenario desde el que los jugadores dirigirán un mensaje a los portugueses.