Una investigación del Hospital Infantil de México Federico Gómez refiere que la obesidad en infantes podría estar estrechamente relacionada con el funcionamiento cerebral.
A través de un estudio con resonancia magnética, un grupo de médicos presentó imágenes del funcionamiento cerebral entre un grupo de niños sanos en comparación con los que tenían obesidad.
“Lo que vimos es una diferencia; visualmente es muy evidente la diferencia que hay entre el número de los tractos. Explicándoles de manera sencilla, son como las carreteras que llevan la información del cerebro de un lugar a otro”, detalló la jefa del departamento de Imagenología, Pilar Dies.
Por su parte, Eduardo Javier Barragán, jefe del Departamento de Neurología, argumentó que existen hipótesis que buscan demostrar que hay diversos factores durante el embarazo que podrían influir en la obesidad infantil, debido a que en la actualidad los óvulos de las embarazadas están mayormente expuestos a estrés continuo, contaminantes y químicos, lo cual modifica la expresión genética.
El investigador abundó que el estudio fue realizado a niños de entre ocho meses y dos años de edad, de los cuales, 15 presentaron obesidad; 15, déficit de atención; 10, talla baja; 10, problemas de aprendizaje y 15, ningún trastorno. Al comparar los resultados, se concluyó que gran parte de los niños presentaron alteraciones neuronales.
“Pensamos que el problema de la obesidad sí tiene que ver con alteraciones en el funcionamiento cerebral, o sea, sí tiene una base neurológica”, explicó en conferencia de prensa.
Por ello, recomendó a los padres de familia prestar atención al tipo de conductas que puedan presentar sus hijos, ya que con ello se puede determinar si sufre algún trastorno neurológico, el cual no necesariamente se debe enfocar a problemas familiares, sino a un problema que debe ser atendido por especialistas.