El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró que si bien la discriminación y prejuicios no han desaparecido, aseguró que tampoco las divisiones son tan grandes como parecen, al pronunciar un mensaje de reconciliación en Dallas en el marco del homenaje interreligioso a los cinco agentes abatidos la semana pasada por un francotirador.

 

Abogó por la reconciliación racial y la comprensión mutua entre policía y ciudadanos.

 

Si bien reconoció que aún muchos tratan de procesar lo ocurrido, instó a los estadunidenses a rechazar la desesperanza y les pidió no olvidar que toda forma de vida en ese país depende del estado de derecho.

 

“Estoy aquí para insistir en que no estamos tan divididos como creemos”, aseguró tras recordar aspectos de la vida de Brent Thompson, Lorne Ahrens, Patrick Zamarripa, Michael Krol y Michael Smith, quienes fueron asesinados por un francotirador que deseaba vengar las muertes de personas de raza negra abatidas por agentes, durante una protesta la semana pasada.

 

El jefe de la Casa Blanca condenó como un “acto de violencia demente” y de “odio racial” el asesinato de los cinco policías, que resguardaban una protesta pacífica a favor de ciudadanos afroamericanos cuando fueron abatidos, el jueves pasado.

 

Señaló que el oficio de ser policía no es como cualquier otro, debido a que en acciones más concurrentes pueden ponen su vida en peligro.

 

Lamentó que sea más fácil conseguir un arma que un libro o una computadora. “He hablado en demasiados tributos, con demasiadas familias de víctimas”, agregó.

 

“Estamos Unidos con el pueblo y el Departamento de policía de Dallas”, aseguró el mandatario a través de sus redes sociales antes de pronunciar su discurso.

 

Al acto asisten familiares, la policía presidida por su jefe David Brown, así como el expresidente George W. Bush, además del alcalde de Dallas, Mike Rawlings.

 

En su oportunidad Bush recordó a los oficiales caídos como “los mejores entre nosotros” a quienes recordó como padres de familia. “Estamos acongojados y con el corazón roto”.

 

“Ninguno de nosotros pudo haber estado preparado para una emboscada de odio y maldad”, dice George W Bush sobre el tiroteo de Dallas.

 

Arribó acompañado de la primera dama Michelle Obama y el vicepresidente Joe Biden.

 

Obama busca dar un mensaje de reconciliación a Dallas, una ciudad en luto. Calificó la matanza como un “ataque vil, premeditado y execrable contras las fuerzas del orden”, perpetrado por un hombre “desquiciado”.

 

Semanas atrás Obama pasó horas en Orlando, Florida, consolando a familaires de las 49 personas asesinadas en una masacre en un club nocturno.