Al más viejo y rancio estilo del partidazo, los disciplinados líderes de las diferentes organizaciones al interior del PRI congregaron en la explanada de la sede nacional tricolor a sus agremiados para  expresar su respaldo a Enrique Ochoa Reza, quien a partir de hoy ocupará la vacante de Manlio Fabio Beltrones en la dirigencia nacional.

 

Integrantes de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), la Confederación Nacional Campesina (CNC), el Movimiento Territorial (MT), el Organismo Nacional de Mujeres Priistas (ONMPRI) y la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) acudieron de manera “voluntaria” y “espontánea” a vitorear al ex titular de la CFE en el momento de registrar su candidatura única que lo colocará en la silla más importante en el edificio de Insurgentes Norte.

 

La imagen lo decía todo: al frente Enrique Ochoa mostrando su constancia de registro, y de fondo, las pancartas de los diversos sectores, como en los tiempos de la cargada con José López Portillo o Miguel de la Madrid.

 

La pregunta es si al igual que en la fotografía, ¿Ochoa será el rostro nuevo, fresco, joven; y detrás de él estará la gerontocracia moviendo los hilos del partido?

 

Lo cierto es que con la llegada de Enrique Ochoa a la dirigencia nacional del tricolor, el presidente Peña ahora si tendrá el control absoluto del partido y podrá decidir, libremente, sobre quiénes serán los candidatos, en el Estado de México y Coahuila, el próximo año; y para la Presidencia de la República en 2018.

 

“El PRI requiere crítica y autocrítica” dijo el ex titular de la CFE en clara alusión al descalabro que sufrieron en el proceso electoral del 5 de junio pasado, pero también le urge un replanteamiento en sus formas de conducirse, pues no puede haber congruencia teniendo un nuevo rostro, pero con las prácticas de siempre.

 

Una más de Tanya Müller

 

Quien ya no la ve llegar es la secretaria del Medio Ambiente de la Ciudad de México, Tanya Müller, pues no acaba de salir del problema de los centros de verificación vehicular que fueron cerrados por presentar diversas anomalías, y ya tiene un nuevo frente abierto con el caso del gorila Bantú, que inexplicablemente murió cuando era llevado al Zoológico de Guadalajara para su reproducción.

 

La versión oficial del deceso habla de un evento lamentable, toda vez que la preparación del traslado se hizo conforme a los protocolos veterinarios internacionales. Sin embargo, nos dicen algunos expertos, este suceso pudo ser producto de una negligencia.

 

Si ya es lamentable la muerte del primate, cuya especie está en peligro de extinción, resulta execrable la forma en que le fue practicada la necropsia, pues se han dado a conocer fotografías que exhiben al animal destazado en su totalidad.

 

A ver si ahora Tanya Müller asume la responsabilidad que le toca y ofrece una explicación lógica y científica sobre este vergonzoso suceso o de nueva cuenta esconderá la cara en espera de que el jefe Mancera le resuelva el problema.