WASHINGTON. Barack Obama encabezó la ceremonia de homenaje a los cinco policías asesinados en la matanza de Dallas del jueves pasado con un discurso en el que recalcó que los estadunidenses “no están tan divididos como parece” y recordó el “respeto” que merece el trabajo policial.
“Estoy aquí para insistir en que no estamos tan divididos como parece. Estoy aquí para decir que debemos rechazar esa desesperación”, afirmó Obama en un emotivo discurso en el que trató de remarcar los logros alcanzados en materia racial las últimas décadas y urgió a potenciar los valores comunes.
Subrayó, además, la importancia vital del “peligroso” trabajo diario de la policía, puesto en duda por los últimos casos de abusos policiales contra minorías, especialmente la negra.
“Una abrumadora mayoría de los agentes de policía merece nuestro respeto, no nuestro desdén”, remarcó ante los aplausos de los asistentes al evento en la ciudad tejana.
Precisamente, la matanza de Dallas del pasado jueves se produjo cuando se estaba llevando a cabo una marcha en protesta contra recientes casos de violencia policial contra dos negros en Luisiana y Minesota, y que acabó en sus muertes.
El principal sospechoso, Micah Xavier Johnson, de 25 años, aseguró durante su enfrentamiento con la policía, y antes de ser abatido, que su objetivo era “matar policías blancos”.
“La policía no espera que les den las gracias a menudo (…) Pero el estilo de vida de este país depende de su servicio. Ellos están respaldando los derechos constitucionales”, sostuvo Obama, el primer presidente negro de la historia estadunidense.
Obama estuvo también acompañado por su predecesor en la Casa Blanca, el republicano George W. Bush, residente del área de Dallas y que en una de sus pocas apariciones públicas tras dejar la presidencia, en 2009, ofreció unas breves palabras.