NIZA. El corazón de la Costa Azul francesa quedó terriblemente herido. Una ciudad fantasma cerca de la medianoche surcada por las sirenas de la policía y las ambulancias. A esa hora, había por lo menos 80 personas muertas y más de 100 heridas luego de que un camión arremetiera contra una multitud celebraba el aniversario de la Revolución francesa en Niza, y horas después de que el Presidente François Hollande anunciara que el estado de excepción vigente desde noviembre pasado, que se había prorrogado en dos ocasiones, no sería prolongado más allá del 26 de julio.
El conductor del camión fue abatido por las fuerzas de seguridad, según el subprefecto (subdelegado del gobierno), Sébastien Humbert.
El vocero del Ministerio del Interior, Pierre-Henri Brandet, precisó que el hombre “neutralizado por la policía” era el único que iba en el camión.
Según explicó el presidente de la región, Christian Estrosi, en declaraciones a “BFM TV” el autor del atentado llevaba el camión cargado con armas.
Brandet, en declaraciones al canal “BFM TV” señaló que las investigaciones se centran ahora en ese hombre -sobre el que no dio otros detalles- y “sobre eventuales cómplices”, aunque a continuación negó que hubiese una toma de rehenes ni ningún grupo de hombres armados en Niza, como habían informado algunos medios.
Las televisiones han difundido imágenes de un trailer blanco de gran tamaño, supuestamente el vehículo utilizado por el agresor para cometer el atentado.
Testigos presenciales han señalado a los medios que se escucharon disparos en el lugar de los hechos, aunque no se sabe cuál era su procedencia. Diferentes videos con decenas de víctimas desperdigadas por el suelo y escenas de caos están siendo difundidos a través de las redes sociales.
Tal y como ocurrió en París, los vecinos de esta ciudad turística recurrieron a la solidaridad para ayudarse entre ellos en mitad de la locura: los taxis realizaron los trayectos de forma gratuita y muchos habitantes ofrecieron sus casas con el “hashtag” #PortesOuvertesNice (PuertasAbiertasNiza) para encontrar un refugio para la noche, siguiendo las consignas de las autoridades de no permanecer en la calle para permitir circular a los servicios de urgencias que evacúan a los heridos, y por los posibles riesgos de nuevos ataques.
Hollande, tuvo que regresar de urgencia a París procedente de Aviñón para participar en la célula de crisis reunida en el Ministerio del Interior.
El Estado Islámico no ha reivindicado el ataque pero seguidores del grupo terrorista se felicitaban en redes sociales por el acto cometido. Tampoco la Fiscalía de París, que llevará la investigación, ha tardado tardó mucho en reconocer que se trataba de un nuevo atentado.
El mensaje ha sido de una barbarie absoluta: los terroristas eligieron este 14 de julio con todo el peso del símbolo que acompaña la fecha para los franceses.
Francia ya sufrió en noviembre pasado un atentado terrorista coordinado, y a comienzos de 2015 un ataque contra la revista Charlie Hebdo.