El priista Esteban Ruiz Carballido, quien el pasado miércoles impugnó el nombramiento de Enrique Ochoa Reza como nuevo dirigente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), habló en entrevista con 24 HORAS sobre la motivación que tuvo para iniciar esta ruta jurídica, que, afirmó, llevará hasta los tribunales.
Sobrino de Luis Donaldo Colosio, ex candidato diputado federal y militante durante 22 años del partido tricolor, Ruiz Carballido aseveró que son miles los militantes de esta fuerza política quienes están en desacuerdo de lo que llaman es una “imposición” y reprueba que se sigan los métodos de las décadas de los 80 donde no había voz ni voto verdadero para quienes conforman la base de este partido.
¿Qué te motiva a impugnar el nombramiento de Enrique Ochoa?
El viernes pasado el PRI emite la convocatoria para elegir al presidente sustituto para el período 2015-2019 y en menos de dos horas ya estaba el nombre de Enrique Ochoa Reza que para mí y para muchos militantes es un perfecto desconocido en el PRI, ya está su nombre en la baraja y ya tenía apoyo de diversos sectores.
Primero por mi militancia priista de 22 años, mi ánimo de siempre construir dentro del partido me obliga a tratar de indagar sobre Enrique Ochoa y me doy cuenta que no cumple con los requisitos estatutarios para poder registrarse y cubrir la dirigencia del partido, eso sin considerar que no creo que tenga el perfil que el PRI requiere en este momento.
El día miércoles presenté una impugnación contra la convocatoria y contra su registro, consideramos que a la convocatoria estuvo viciada, que el registro de él por lo tanto es ilegal. Pedimos primero a las instancias del partido que rectifiquen esto y de no ser así nos iremos al tribunal.
¿Cuáles son los argumentos jurídicos y legales en los que estás basando este recurso de impugnación?
La convocatoria marca 10 años de militante y el doctor Ochoa Reza fue militante en el pasado; renunció cuando buscó ser consejero del INE pero después se volvió a reafiliar. El Código de justicia partidaria es muy claro, y su militancia tendría que contarse a partir de que se reafilia, no tiene antigüedad la militancia ni tampoco es retroactiva.
Yo creo que Ochoa no midió, no investigó bien y para mi juicio no cumplió con los requisitos y en eso se centra mi impugnación para el registro y la convocatoria.
A varios militantes que queríamos registrarnos nos dejaron en estado de indefensión porque en dos días no se puede conseguir domicilios de consejeros, de militantes para pedir los registros de los avales. Tal vez el PRI tenía algunas prisas y así lo hicieron.
¿Coincides con los señalamientos de que el nombramiento de Ochoa fue una imposición desde Los Pinos?
Es muy raro que en tres días puedas hacer que un perfil que nadie conocía en el PRI se vuelva conocido y ahí es donde entra la suspicacia, las sospechas de quien lo impulsa y de dónde lo impulsan
Definitivamente tiene muchos apoyos del gobierno federal porque viene de ahí, tiene muchos apoyos de las cúpulas del partido porque viene del gobierno federal y eso le permitió contar ipsofactamente con los avales a diferencia de otros militantes como yo que llevo 22 años en este partido, pero que no tenemos la misma suerte que un tipo prácticamente desconocido en el PRI.
Creo que trae buen padrino.
¿Cuáles son los riesgos de haber impuesto a alguien como Enrique Ochoa para el partido?
Creo que en todos los partidos políticos se deben aceptar las opiniones de quienes no congeniamos o no convergemos con la política de quienes nos dirigen. Si esto va a ser motivo de división estamos destinados al fracaso. Ellos deben aceptar la posición de quienes hemos manifestado desacuerdo, escuchar a los militantes para que sepan lo que sentimos.
El riesgo que se puede correr es que si no nos escuchan, si no nos atienden entonces si buscaran otros espacios para ejercer la política porque aquí no va haber oportunidad.
¿Cuántos son los militantes que se están oponiendo a la presidencia de Enrique Ochoa?
Son miles de militantes los que estuvieron inconformes con el modo como se hicieron las cosas. No con la persona, con el modo en cómo se eligió. El doctor Ochoa es una persona respetable, un gran académico, un intelectual, un buen servidor público pero le tocó llegar con un proceso viciado a un lugar donde parece que fue impuesto y eso a la militancia no le gusta. Ya no estamos en la época de los 80 y eso lastima al partido.
Yo no estoy solo en esto, pero tampoco tengo a nadie atrás. Tengo a muchos compañeros a un lado.
¿Además de la inconformidad del proceso, les preocupa que el nuevo dirigente no esté a la altura de los retos electorales del 2017?
No conozco al doctor Ochoa, no sé cómo va a resultar si su presidencia culmina. Lo que sí te puedo decir es que el PRI es más que un dirigente, pero no por eso podemos permitir que nos impongan dirigentes que no estén a la altura.
Me gustaría pensar que mi recurso va a prosperar y que se va a reponer el proceso, si no fuera así me gustaría pensar que el doctor Ochoa va a ser un gran presidente y que va a incluir a todas las voces y que vamos a ganar las elecciones en el Estado de México, Nayarit y Coahuila en el año que entra y que retendremos en el 2018 la presidencia de la república eso solo el tiempo lo dirá.
¿Es Enrique Ochoa un presidente ilegítimo o ilegítimamente electo?
En mi caso, creo que fue electo en base a una convocatoria que violentaba los derechos de los militantes y que su registro no era correcto porque no cumplía con los requisitos, pero al final de cuentas se cumplió un protocolo, se hizo un Consejo Político y se votó, entonces legítimamente fue electo, es un presidente legítimo pero tenemos instancias legales para poner en duda eso y llegar a las últimas consecuencias. Si al final la razón nos asiste te diría que era ilegítimo, sino al final de cuentas la ley lo ratificará como legítimo.