ESTAMBUL. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, es un hombre que conoce muchos enemigos y se encuentra en una lucha permanente contra todo tipo de conspiraciones: un predicador exiliado en Estados Unidos al que acusa de ser el cerebro que orquestó el fallido golpe militar el 15 de julio pasado para derrocarlo; periodistas insubordinados; fiscales con una agenda encubierta etc. Amparado en el estado de emergencia decretado después del intento de golpe contra su gobierno, mandó a cerrar por decreto más de 100 medios de comunicación.
El decreto enumera tres agencias de prensa, 16 canales de televisión, 23 emisoras de radio, 45 diarios, 15 revistas y 29 editoriales y distribuidoras, informa la cadena CNNTürk Gran parte de los medios son locales, tenían escasa difusión o ya habían sido intervenidos por el Estado bajo acusación de mantener vínculos con la cofradía de Fethullah Gülen, el predicador exiliado en EU.