El miércoles pasado, la Fed dio a conocer su decisión de mantener su política monetaria sin cambio dejando la tasa de referencia entre 0.25 y 0.50%, destacando en el comunicado que las condiciones globales para la economía americana mejoraron su balance de riesgo hacia un crecimiento y posible normalización de la inflación en el mediano plazo.

 

Es muy probable que la economía de Estados Unidos esté creciendo a un mejor ritmo que lo lleve a tasas anuales arriba de 2.0% desde el segundo trimestre de este año en adelante. Ello estaría presionando la inflación por arriba de 1.0% ya de manera más consistente y que en los últimos meses del presente año esté próximo a 1.5-2.0%.

 

La Fed, tratando de ser lo más responsable posible, estará dejando por ahora (junio-septiembre) las tasas de interés sin cambio en medio de una acalorada elección presidencial y que el candidato republicano Donald Trump esté presionando a la Fed y a la misma Janet Yellen para que suba las tasas de interés, asegurando que en caso de triunfar, estará removiendo de su cargo a la presidenta del organismo.

 

En el mercado, las probabilidades para que la Fed mueva al alza su tasa de referencia se ubican a partir de diciembre de 2016 por arriba de 47%, lo que la deja “abierta” a que cualquier dato que siga siendo favorable tendrá incidencia en mayor medida en estas probabilidades.

 

El empleo crece a ritmo más normalizado con un promedio en los últimos 12 meses de 198 mil plazas, una tasa de desempleo en 4.9% a junio, mientras que por el lado de la inflación, los precios al consumidor general se ubican con una tasa anual de 1.0% y la subyacente, que elimina precios de alimentos y energía, se ubica en 2.3% anual. Ambas variables no serían una limitante para que en el transcurso del segundo semestre del año,  la Fed aumente su tasa de interés.

 

Creemos que en la reunión de septiembre o en diciembre podría ser el momento oportuno de aumentar la tasa de interés ante condiciones internacionales de alta incertidumbre que tendremos en 2017 como el efecto de salida que se vaya dando de Reino Unido respecto a la Unión Europea, la propia condición de la desaceleración de China que poco a poco viene depreciando su divisa al intentar estabilizar su mercado exportador; Japón, que tendrá la segunda oportunidad y de nueva cuenta estará aprobando en días el programa de estímulo gubernamental por el equivalente a los 265 mil millones de dólares incluido parte para el año fiscal 2017 y junto con el Banco de Japón buscan darle estabilidad y crecimiento a su economía y a la normalización en su inflación.

 

También en 2017 se inicia una nueva administración presidencial en Estados Unidos. Hasta ahora la economía viene mostrando condiciones moderadas de crecimiento. Sin embargo, vendrán cambios estratégicos seguramente gane quien gane. En el caso, menos probable, de que gane Donald Trump, se vendrán cambios bruscos en términos de proteccionismo y la economía internacional. En el caso de Hillary Clinton, habrá continuidad, pero seguramente algunos cambios por compromisos de campaña. En ambos casos, es posible ver una disminución en el ritmo de crecimiento.

 

Por ello, la Fed quiere subir las tasas de interés, pero sus oportunidades están muy acotadas. En su caso es probable ver un alza gradual de 25 puntos base hacia final de año.