El presidente de Argentina, Mauricio Macri, reconoció que no impulsará la legalización del aborto ni los juicios a los represores que cometieron crímenes de lesa humanidad durante la dictadura (1976-1983).
En entrevista con Notimex, Macri respondió a temas centrales de derechos humanos en medio de la creciente preocupación de un sector de la sociedad argentina y de organismos internacionales por los retrocesos en la materia.
Respecto al aborto, el presidente fue consultado sobre el caso de Belén, una mujer de la provincia de Tucumán, ubicada en el norte del país, que fue detenida y condenada hace dos años después de sufrir un aborto espontáneo.
“Es un tema muy delicado”, dijo el jefe de Estado al hablar sobre la campaña “Libertad para Belén” impulsada por múltiples organizaciones, entre ellas Amnistía Internacional.
Macri explicó que “a veces esos casos particulares lo llevan a uno a la reflexión, pero vuelvo a insistir que acá lo importante es defender la vida”.
Aunque se le preguntó por la vida de las mujeres que mueren por abortos mal practicados, el presidente insistió en que “hay que defender la vida, traer a un niño a este mundo es una de las cosas más lindas que le puede pasar a una pareja, es la expresión más linda de amor que hay”.
Por otra parte, Macri fue consultado sobre el informe de Naciones Unidas que criticó la lentitud en los juicios contra los represores y las investigaciones sobre la complicidad empresarial en crímenes de lesa humanidad durante la dictadura que gobernó el país.
También se le preguntó por las graves y múltiples prisiones domiciliarias que están obteniendo criminales que secuestraron, torturaron, desaparecieron y asesinaron a miles de víctimas en la década de los años 70.
El presidente se limitó a responder que “trabajo todos los días para que cada día haya más institucionalidad en mi país, que la Justicia actúe como corresponde, independientemente del Poder Ejecutivo”.
Los juicios de lesa humanidad que convirtieron a Argentina en un ejemplo en justicia y derechos humanos a nivel internacional son resultado de políticas de Estado, es decir, de los tres poderes, no sólo el Judicial.
Con sus definiciones, Macri confirmó los temores de los organismos de derechos humanos que anticiparon que el gobierno dejaría de apoyar los históricos juicios que hasta hoy habían logrado la condena de más de 600 represores.
Macri, además, reconoció que no le molestó que militares represores y un golpista marcharan en los festejos por el Bicentenario de la Independencia de Argentina en junio pasado.
Tampoco le incomoda que los sectores de la sociedad que defienden y justifican los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura, incluidos algunos medios de comunicación, se sientan amparados por su gobierno.
“Yo trato de que la gente acá se exprese con libertad, cada uno tiene distintas visiones, insisto: lo importante es que la justicia actúe con independencia y no permita que haya impunidad con ningún tipo de delito”, dijo.
Por último, a Macri se le preguntó cómo puede convencer a los argentinos de que su combate a la corrupción es genuino después de que le “apareció” una millonaria cuenta en Bahamas, un paraíso fiscal.
“No tengo nada que ocultar, era plata que me pertenecía, que me pertenece, totalmente declarada ante la agencia de impuestos de Argentina y ahora está en la Argentina para demostrar que apuesto por el futuro de nuestro país”, afirmó.
El presidente dijo que no hay nada para preocuparse, porque “tengo un profundo compromiso a luchar contra la corrupción, he dejado mi vida privada con la esperanza de ayudar a mi pueblo a salir adelante”.
tpc