Entremezclados con la católicos y dándose la paz después del Padre Nuestro en la catedral de Rouen, en el más conmovedor signo de compasión y solidaridad tras los atentados terroristas en el país, musulmanes franceses asistieron a la misa dominical en multitud de ciudades por todo el país en una convocatoria lanzada tras el atentado yihadista el martes pasado en una iglesia de Normandía en la que fue degollado el párroco mientras oficiaba una misa.

 

El Consejo Francés del Culto Musulmán (CFCM) había hecho un llamamiento en ese sentido para mostrar el rechazo generalizado de los fieles del islam en Francia al asesinato, reivindicado por el Estado Islámico, del cura Jacques Hamel en la iglesia de Saint Étienne du Rouvray, en las afueras de Ruán.

 

La misa de la catedral de Ruán fue una de las que despertó mayor atención, y a ella acudieron -además de unos dos mil fieles católicos- al menos un centenar de musulmanes (en el caso de algunas mujeres, con la cabeza cubierta por un pañuelo). Muchos de ellos tuvieron un gesto de coraje: el Islam más puritano no permite la visita a iglesias católicas.

 

El arzobispo Dominique Lebrun les dio las gracias “en nombre de todos los cristianos” porque con su presencia mostraban que rechazan “los muertos y las violencias en nombre de Dios. Eso no es el islam”.

 

Ese mismo escenario se repitió en otras grandes basílicas católicas de toda Francia, como Saint Denis, Amiens, Estrasburgo o Clermont Ferrand.