Los mexicanos merecen, como afirmó el senador Enrique Burgos, además del Congreso de la Unión, una explicación de por qué se incrementó el precio de la gasolina y las tarifas de la electricidad.Y es que, aunque digan que son sólo unos centavos en el caso de la gasolina y que sólo aplica el incremento de la electricidad para los hogares de alto consumo, lo cierto es que hay malestar entre las familias, porque esto afecta su economía, sobre todo si pensamos en aquéllas que viven en zonas con clima extremoso, donde si no tienen aire acondicionado no pueden ni respirar, y no necesariamente son de alto poder adquisitivo.
Sería iluso pensar que esos aumentos no se reflejarán en los precios de consumo cotidiano y en el transporte. Siempre es el consumidor el que asume el costo.
Por ello, a través del acuerdo entre los coordinadores parlamentarios Emilio Gamboa y César Camacho, del PRI; Marko Cortés, del PAN; y Miguel Barbosa, del PRD, se estableció que tendrán que comparecer ante el Congreso de la Unión, el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell; el subsecretario de Ingresos de Hacienda, Miguel Messmacher; el director de Pemex, José Antonio González; y el de la CFE, Francisco Hernández, para explicar por qué el alza en los combustibles y la electricidad.
Con especial atención hay que revisar el mensaje del senador Gerardo Sánchez, del PRI, cuando dice que los gasolinazos no los inventó el PRI. Los gasolinazos se inventaron con el PAN, en el sexenio de Felipe Calderón, cuando la gasolina Premium se incrementó 44%; mientras que en lo que va de Peña Nieto ha sido de 14.81 en la gasolina Premium. Y si se trata del diésel, se incrementó 106% contra 13.98% de la actual administración. Más aún, en la gasolina Magna se incrementó 69%, contra 10.96%. En efecto, las estadísticas y las gráficas no mienten.
Y haciendo una comparación con España: aquí la Magna tiene un precio de 13.96 pesos; allá vale el equivalente a 20.76 pesos; la Premium en México vale 14.81, en España, 21.39. Aunque son realidades distintas entre ambos países. El caso de Guatemala, como dice AMLO, no tiene petróleo y es más barata la gasolina que en México.
Los números hablan y explican la situación, pero tienen que informar qué pasa y, sobre todo, qué es lo que viene. Porque digan lo que digan, los salarios siguen igual y la gente ya no cree en nada.
Mely Romero, uso eficiente y eficaz de los recursos públicos
Qué bien que haya una decisión firme en el Gobierno de la República de hacer el mejor uso de los recursos, porque sería muy lamentable que ante los recortes que hoy se registran, estos bienes se dilapidaran. Por ello se agradece que la subsecretaria de Desarrollo Rural, Mely Romero, afirme que es compromiso de la Sagarpa hacer un uso eficiente y eficaz de los recursos públicos para contribuir al desarrollo de los pequeños productores y transformar sus condiciones de vida.
La senadora con licencia inauguró el Taller de Inducción para Supervisores de los Componentes del Proyecto Estratégico de Seguridad Alimentaria y de Desarrollo Comercial de la Agricultura Familiar.
La instrucción del secretario Calzada Rovirosa es no tolerar el desvío ni desperdicio de recursos públicos en la dependencia. Se tiene que ser más eficiente y equitativo el acceso de los productores a mejores condiciones de vida para ellos y sus familias.
Por cierto, técnicos de la Sagarpa realizarán visitas de campo a comunidades en 510 municipios del país y así efectuar, en una primera etapa, tres mil 178 encuestas a igual número de beneficiarios, las cuales serán georreferenciadas y subidas a una plataforma digital para su consulta diaria.
Senadores priistas, participativos
Los legisladores Jesús Casillas, Diva Gastélum y Sofío Ramírez se han visto muy activos en su trabajo en el Senado de la República. Sí, ellos forman parte de la Comisión Permanente, pero nadie puede negar que ellos tres siempre se han distinguido por su alta productividad.
A propósito, Diva Gastélum propuso una iniciativa que, de aprobarse, beneficiará a muchos mexicanos, ya que planteó cambios a la Ley de Aguas Nacionales, en materia de uso doméstico, para que la legislación especifique cuál es el consumo mayor que se requiere normalmente para uso doméstico o el ganado.