Se trata de una prenda de vestir que inicia en la cintura, aunque por su historia y forma puede hacerlo desde el pecho e ir bajando hasta la cadera. Es confeccionada en diferentes formas y estilos muy sencillos: hay faldas con forma recta, en línea “A”, de tubo o lápiz, acampanada, con holanes, tableadas, plisadas o tipo safari, sólo por mencionar algunas.
Para añadir más diversidad se elaboran de una variedad extensa de materiales que pueden ser: mezclilla, lino, lana, algodón, poliéster y otra extensa variedad de texturas y estampados como cuadros, rayas, puntos, tejidos y líneas, entre otros. Si tenemos que elegir por jerarquía entre una falda y un pantalón, la falda tiene mayor autoridad, pero no cualquier tipo de falda, ya que debe contener algunos de los siguientes atributos:
- Ser de tu talla, que al abrocharla te quede cómoda desde la cintura y se pueda girar levemente.
- El color negro es el de mayor autoridad, pero puede ser azul media noche o gris.
- La tela debe ser lisa; si tiene forro significa que tiene mejor confección.
- El largo más favorecedor a la vista es a la rodilla, no importa tu estatura.
- Mientras más sencilla sea, mayor autoridad comunica. Recuerda que menos es más.
- El tipo más favorecedor es la de lápiz.
- Evita las bolsas, adornos o pliegues al frente, ya que te darán volumen visual en esa área.
Las faldas tienen la particularidad de hacerte lucir más femenina, de igual forma llevando un diseño adecuado para cada tipo de cuerpo, podrás remarcar más la cintura. Por ejemplo, para las mujeres de tipo de cuerpo “H” (con poca cintura) una falda que remarque esa zona del cuerpo es ideal.
Las faldas de diseños cruzados por lo regular suelen ser muy favorecedoras para remarcar la silueta en forma “x” o reloj de arena. Las faldas son una prenda muy versátil, ya que con ellas puedes crear diversas combinaciones en tu guardarropa.