La producción de gasolinas, diésel, turbosina y otros combustibles en las seis refinerías de Pemex se redujo casi 19% desde el año 2000. Sin embargo, las plantas de Madero, en Tamaulipas, y Minatitlán, en Veracruz, sufrieron el mayor descalabro al reducir casi a la mitad la elaboración de petrolíferos.
De acuerdo a datos de Petróleos Mexicanos (Pemex), en el primer semestre del año 2000, la refinería de Madero producía, en promedio, 155 mil barriles diarios de refinados, mientras que en los primeros seis meses de este año reportó 105 mil barriles diarios, es decir 48% menos.
En el caso de Minatitlán, la reducción productiva fue idéntica, al pasar de 180 mil barriles diarios a 122 mil toneles.
La producción de ambas instalaciones, de 227 mil barriles diarios, representó la quinta parte de los mil 51 barriles que salieron de las seis refinerías en el primer semestre de este año.
En tanto, en los primeros seis meses del año 2000, ambas plantas aportaron 27% de la producción nacional, que en ese momento fue de mil 247 barriles diarios.
El desplome de las dos refinerías ha sido parcialmente compensado por la planta de Tula, que aporta una cuarta parte de la producción nacional de petrolíferos, y cuya reducción desde el año 2000 ha sido de 19%.
Además, la importación de gasolinas está en máximos históricos, pues en julio, 66 de cada 100 litros vendidos en el mercado nacional eran importados, mientras que en el año 2000, sólo se compraban en el exterior 19 litros.
La caída en las actividades de refinación contrasta con la tendencia en otras regiones del mundo, donde naciones como China, Rusia o Francia intensificaron esta actividad hasta en doble dígito.
La semana pasada, el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, reveló en una reunión con legisladores que entre tres y cuatro grupos mostraron interés para asociarse con Pemex y construir nuevas refinerías en Campeche, Tabasco, Veracruz y Tamaulipas.