MOSCÚ. Bombarderos rusos atacaron posiciones yihadistas despegando, por primera vez, desde una base en Irán. El ministerio ruso de Defensa anunció que bombarderos Tu-22M3 y Su-34 despegaron de la base militar de Hamedan y concentraron sus ataques en las provincias de Alepo, Deir Ez-Zor e Idleb, donde destruyeron cinco grandes arsenales, un campo de entrenamiento, tres puestos de mandos, además de un “gran número de guerrilleros” del grupo terrorista Estado Islámico y del Frente al Nosra, actualmente conocido como Frente Fateh al Sham tras renunciar a su lealtad a Al-Qaeda.
El despliegue de los aviones rusos en la base de Hamadan permitirá a los bombarderos, que anteriormente salían desde el sur de Rusia, no sólo reducir en el 60 por ciento el tiempo de vuelo hacia sus objetivos, sino también aumentar su carga de bombas.
Rusia no había empleado nunca antes instalaciones en otro país de Oriente Medio para sus operaciones en Siria, donde mantiene una campaña aérea en apoyo del gobierno del presidente Bachar Asad desde hace casi un año. El anuncio sugiere la existencia de una cooperación de alto nivel entre Moscú y Teherán, dos aliados clave del cuestionado mandatario.