El momento deseado por todos los brasileños llegó, el comienzo poco alentador que presagiaba un gran desastre, ha quedado en el olvido, pues el mítico Maracaná será la sede de la final de futbol de Río 2016 a disputarse entre Brasil y Alemania, con la única intención de cobrar viejas afrentas y consagrarse en el único rubro que todavía no conocen, el oro de la justa veraniega.
La Verdeamarelha aseguró su lugar como finalista, luego de golear 6-0 a Honduras. Una brillante actuación de su ídolo y capitán, Neymar, fueron las claves para mantener de pie la búsqueda afanosa de un triunfo importante, que haga olvidar la tarde más dura del futbol carioca. Ese 8 de julio de 2014 en el que el Mineirao silenció por completo. El del 7-1 que hundió a Brasil en un drama futbolístico y mental.
Por su parte, Alemania, superó sin dificultad alguna a Nigeria, y de esta forma consiguió su lugar en la cita final. En Río, ya se frotan las manos con cierta sed de revancha, la Canarinha tienen la difícil tarea de obtener el logro que falta, ya que en el historial, Brasil acumula tres platas; Los Ángeles 1984, Seúl 1988 y Londres 2012 y dos bronces; en Atlanta 1996 y Beijing 2008. Ahora, se quiere subir a lo más alto del podio en su casa.