SANTIAGO. El juez chileno Mario Carroza dictó sentencia contra siete ex miembros del Ejército por el secuestro calificado de tres personas y el homicidio de otras ocho en 1973.
Carroza condenó ayer miércoles a los uniformados en retiro Sergio Benavides Villarreal y Manuel Vega Collado a cadena perpetua como autores de tres secuestros calificados y ocho homicidios calificados, en lo que se conoce como el “Caso Pisagua”.
En tanto, que los ex militares Roberto Ampuero, Gabriel Guerrero, Sergio Figueroa y Arturo Contador fueron sentenciados a 15 años y un día de cárcel por tres secuestros calificados y tres homicidios calificados en el mismo caso.
El uniformado en retiro Miguel Aguirre, por último, fue condenado a 10 años y un día de prisión por tres secuestros calificados.
El juez Carroza ordenó además al fisco pagar un total de 510 millones de pesos (unos 785 mil dólares) por el daño moral producido a padres, cónyuges, hijos y hermanos de las víctimas.
Los exmilitares están acusados del secuestro de Michel Nash, Jesús Cañas y Juan Jiménez y de los homicidios calificados de Marcelo Guzmán, Juan Calderón, Luis Lizardi, Julio Cabezas, Julio Córdova, Mario Morris, Humberto Lizardi y Juan Valencia.
Nash, Cañas, Jiménez, Guzmán, Calderón y Luis Lizardi fueron fusilados el 29 de septiembre de 1973 mediante la llamada “ley de fuga”, mientras que Cabezas, Córdova, Morris, Humberto Lizardi y Valencia fueron ejecutados tras un Consejo de Guerra el 11 de octubre de 1973.
El “Caso Pisagua” se refiere al proceso judicial por estos crímenes ocurridos en 1973 -tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de ese año- en el centro de tortura y campamento de prisioneros ubicado en esa localidad, situada mil 890 kilómetros al norte de Santiago.
La causa judicial se inició en mayo de 1990, tras una denuncia de la Iglesia Católica por inhumación ilegal, la que fue comprobada el 2 de junio de ese año con el descubrimiento de 20 cuerpos en una fosa común en el cementerio de Pisagua.