El presidente nacional de la Canacintra, Enrique Guillén, adelantó un aumento de 10% para 900 mil trabajadores que perciben un salario mínimo, el cual será anunciado a mediados de octubre próximo por representantes del sector privado, el Gobierno y el sector obrero.

 

En una entrevista con 24 Horas, precisó que con el incremento de siete pesos, el ingreso diario para este sector pasaría de 73.4 a 80.4 pesos. Sin embargo, aclaró que no se trata de un alza generalizada al salario mínimo, ya que una medida de este tipo provocaría una escalada de precios.

 

El anuncio se esperaba desde el 23 de junio, como parte de las conclusiones que debía presentar la Comisión Consultiva para la Recuperación Gradual y Sostenida de los Salarios Mínimos Generales y Profesionales creada en octubre de 2014 por el Consejo de Representantes de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami).

 

La comisión consultiva surgió luego de que en agosto de ese año el gobierno de la Ciudad de México presentó el documento Política de recuperación del Salario mínimo en México y el Distrito Federal, en la que se planteó elevarlo de manera gradual desde 82.86 pesos en 2015 para llegar  a 171 pesos diarios en 2018.

 

Previo a que se cumpliera el plazo para la presentación del análisis de esa comisión, el secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida declaró el 15 de junio que la firma del pacto entre patrones y sindicatos para aumentar el salario se aplazaría a solicitud del sector privado, “que ha manifestado que quisiera esperar a conocer un último estudio que permita tener certeza de que el efecto de un incremento a estas alturas del año en el salario mínimo no generaría en automático en el efecto faro un aumento de precios”.

 

En el mismo sentido se pronunció en esas fechas el presidente de Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Gustavo de Hoyos, quien consideró que no existían condiciones para un aumento salario, el acuerdo, “si acaso”, se dará en los dos últimos meses, dijo el 14 de junio.

 

Antes, a principios de junio, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Juan Pablo Castañón, declaró que esperan los resultados de los estudios realizados por el Banco Mundial, la Organización Internacional del Trabajo, el INEGI, el Banco de México, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado y la Universidad Iberoamericana, sobre las implicaciones que tendría el incremento.

 

Ayer, el representante de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra) descartó que existan posturas divididas entre los sectores empresariales y adelantó que el acuerdo se conocerá a mediados de octubre.

 

Para Enrique Guillén, la decisión de la Conasami (en la cual están representados los sindicatos, los patrones y el gobierno) de detener ese proceso fue la correcta porque debió incorporar al análisis la nueva alza de tarifas eléctricas para la industria, el alza en las gasolinas, la depreciación del peso y la apreciación del dólar, además de los bloqueos de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.

 

En otro tema, el titular de Canacintra indicó que el alza de tarifas eléctricas industriales, de 5.2 a 7.5%, no hará que sus agremiados trasladen los aumentos a los precios al consumidor, porque “no se consumirían los productos”. Como alternativa, dijo que sustituirán parte de su maquinaria por motores eficientes que consuman menos energía.