En las últimas décadas, los límites de la Ciudad de México se han expandido hacia la periferia, registrando un cambio en usos de suelos de lo rural a lo urbano, equivalente a casi 18 mil hectáreas, de las cuales, 16 mil han sido para la vivienda.

 

Así, mientras en el centro de la capital del país se observa una vivienda segura y de alto costo, en la periferia existe una masiva producción de vivienda con poca calidad para las clases sociales bajas, aseguró Alicia Ziccardi, directora del Programa Universitario de Estudios Sobre la Ciudad, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

 

En el coloquio Hacia una Ciudad Sustentable, realizado en la semana en El Colegio Nacional, la especialista señaló que lo anterior ha generado segregación residencial y segmentación urbana.

 

Los criterios en esta creación masiva de vivienda son meramente financieros, lo que subordina la calidad de la misma y explica el excedente generado de cambios de uso de suelo, de zonas rurales a urbanas que no están siendo regulados por instancias gubernamentales y ponen en riesgo la sustentabilidad de la ciudad, advirtió.

 

“El caso de Zumpango, en el Estado de México, y la construcción masiva de viviendas es el claro ejemplo de la desarticulación que existe en el campo de las políticas públicas y el desarrollo urbano, económico y social.

 

“Lo que pasó en este municipio es uno de los casos más emblemáticos de esta política habitacional que produjo millones de viviendas y no construyó ciudad, comentó Ziccardi.

 

La expansión del territorio y los cambios de uso de suelo, explicó, condicionan negativamente la sustentabilidad de la Ciudad de México.

 

“Cuando hablamos de ciudades sustentables hablamos de tres niveles: económico, social y ambiental, y en los últimos años incluimos el eje territorial y los procesos gobernanza puesto que son importantes para el diseño de políticas públicas”, señaló.

 

De acuerdo con un comunicado del Foro Consultivo Científico y Tecnológico, la especialista destacó que las ciudades sustentables son aquellas que entre sociedad y gobierno tratan de impulsar actividades productivas que no comprometan sus recursos naturales, así como políticas y acciones que garanticen el acceso de todos los servicios colectivos.

 

La integrante del Sistema Nacional de Investigadores advirtió que la capital del país es una de las nuevas regiones urbanas metropolitanas caracterizadas por una nueva arquitectura espacial, el debilitamiento de las fronteras urbano-rural y supone un reto en la modificación de la escala de análisis.

 

“Con estas características se vinculan nuevos retos de la gobernanza metropolitana a una escala a multinivel en donde participan diversas instituciones y gobierno”, concluyó la investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.