JIUTEPEC. La panista Guadalupe Murguía Gutiérrez, quien presidirá la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados de marzo a agosto de 2017, admitió su cercanía con el actual dirigente nacional de su partido, Ricardo Anaya, y no descartó que existan grillas durante los próximos meses.
En entrevista con 24 HORAS, la queretana destacó su capacidad de negociación y conciliación como principales fortalezas, las cuales, consideró, han quedado demostradas en su paso como secretaria de Gobierno y Educación de su entidad y como enlace de la Secretaría de Gobernación para resolver conflictos en el país.
¿Es parte del Grupo Querétaro?
Sí, formo parte del Grupo Querétaro. Ricardo Anaya y yo hemos coincidido en espacios de trabajo desde hace muchos años. Nos conocemos bien, le tengo aprecio, y respeto mucho su alta capacidad. Pero estoy convencida, precisamente porque lo conozco, que para tomar decisiones él no se deja llevar por los aprecios o por los amigos. Es una persona muy objetiva. En la designación como presidenta de la Mesa Directiva los segundos seis meses, lo que ponderó es lo que sabe y conoce de mi desempeño personal.
En este marco en que fue elegida, ¿no teme a la grilla?
Es algo con lo que uno tiene que ir. No es nuevo; no soy nueva en esto. A lo largo de los años he tenido que transitar entre aguas turbulentas. He aprendido a hacerlo. Yo creo que las cosas se van a ir dando bien.
Acción Nacional se caracteriza por procesar los conflictos internamente…
Yo creo que este proceso no era fácil porque hubo expresiones de diputados muy destacados que habían dicho “yo quiero participar en la Mesa Directiva”. Finalmente se toma esta decisión y creo que humana y legítimamente ellos pueden sentir hasta un poco malestar o dolor de no haber sido considerados, por diversos motivos. Porque en todos los casos hubo algún motivo en concreto por lo que para el partido fue mejor alguna otra opción. Afortunadamente, en esta Plenaria tuvimos oportunidad de platicar con el jefe Madero, con todos (los aspirantes), ellos mostraron generosidad y apoyo.
Es un reto ser presidenta de la Mesa Directiva cuando hay contrapesos en el Congreso.
Y sobre todo cuando se es oposición en el propio gobierno. Es una responsabilidad que mucho me honra, y que soy plenamente consciente de la importancia que tiene.
¿Dónde ubica usted las fortalezas de su perfil?
Yo tengo una carrera profesional como servidora pública de muchos años. He sido secretaria de gobierno y de Educación en mi estado; he trabajado en la Secretaría de Gobernación como enlace buscando resolver los conflictos que en todo momento se presentaban en el país. Esto me da una visión integral de lo que es mi país. Creo que mi manera de actuar busca ser respetuosa, escuchar, oír las opiniones, dejar que se expresen, pero también poner orden y apegarnos al reglamento y a las condiciones que permitan que las actividades del Congreso puedan fluir adecuadamente.
Tradicionalmente, la Presidencia de la Cámara atrae reflectores…
Yo sólo estoy pensando en hacer un excelente papel en la Mesa Directiva. Mi experiencia de vida es que unas cosas llevan a otra. Un buen desempeño abre muchas puertas; estoy con esa apertura. No hay una visión en concreto, sino desempeñar bien mi trabajo, con respeto, tolerancia, orden y apertura. Eso es fundamental.
¿Ya enfrentó a perfiles fuertes de izquierda en la Comisión de Ayotzinapa?
Algunas sesiones de la Comisión fueron con mucha polémica, ánimos muy encendidos. Incluso expresiones fuertes y, a veces, hasta hostiles entre un diputado y otro. Es necesario buscar cómo poner orden sin romper y sin desgarrar a la Comisión al grado de que mejor los otros diputados no asistan.
¿Esto será el sello de su presidencia?
Es un poco mi manera de actuar. Dejar lugar a las expresiones, incluso, aquellas disidentes y contrarias. Pero siempre haciendo un llamado al respeto que un diputado merece de otro y a la alta tribuna que es el Congreso. No es cualquier espacio.