Las condiciones en las que se encuentran los animales de los zoológicos de la Ciudad de México ha despertado descontento entre activistas y ex trabajadores, no sólo en lo que concierne al de Chapultepec, sino también al de Aragón.

 

Es en ese último zoológico donde se ubica la mayor cantidad de animales enfermos de los zoos de la capital, tal como lo informó 24 HORAS el 15 de agosto pasado. Incluso, Aragón cuenta con una denuncia investigada por la Procuraduría Ambiental y de Ordenamiento Territorial  (PAOT) por el presunto caso de un tigre maltratado.

 

A estos hechos se agrega la muerte de siete aves en el último año. Tamara Blázquez, quien trabajó en el zoológico en el área de aves rapaces durante tres años, recurrió a asociaciones como Proyecto Gran Simio y Pro Fauna Silvestre Animalis para denunciar que, desde abril de 2015 a julio de 2016, han muerto siete aves de ese tipo.

 

En una entrevista con 24 HORAS, Blázquez explicó que trabajó como voluntaria en el entrenamiento y cuidado de las aves y, por lo tanto, conocía su comportamiento. Fue después de que terminó su voluntariado que, en visitas al área, se percató de que comenzaron a morir varios ejemplares.

 

Los animales muertos fueron una aguililla de Harris, una caracará Cheriway, un halcón Aplomado, una aguililla Cola Roja, una aguililla Gris, una aguililla Caminera  y un águila Real.

 

Esta denuncia llegó hasta la jefatura de Gobierno, en un oficio recibido el 4 de abril por la Coordinación General de Atención Ciudadana, que la Secretaría del Medio Ambiente refutó argumentando que las aves de esa área no se encontraban en peligro; sin embargo, certificó que efectivamente perdieron la vida siete ejemplares.

 

En el documento con número de folio 012275, del 29 de abril, enviado por la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) y firmada por el entonces director de zoológicos, Juan Arturo Rivera Rebolledo, se niega que las muertes hayan sido por un mal manejo de los ejemplares; sin embargo, en el caso de la aguililla Rojinegra se acepta que la necropsia reveló signos de caquexia, referentes a una desnutrición extrema.

 

Otro caso es el de un águila Real que murió de un mal respiratorio, aunque estaba apartada para su futura reproducción.

 

Después de la muerte del gorila Bantú, cuenta la denunciante, las autoridades de los zoológicos accedieron a una reunión y firmaron una carta de conformidad a la que tuvo acceso 24 HORAS.

 

En el oficio OF/SEDEMA/DGZVS/DZSJA/758-2016 con fecha del 29 de julio, el ahora ex director de zoológicos y la directora del zoológico de Aragón, Julieta Méndez, se comprometieron a que se revisaran los protocolos y procedimientos con que trataban a los rapaces permanentemente.

 

El documento fue firmado por las denunciantes Tamara Blázquez y por Yahara Vega, quien también laboró en área de aves.

 

Hasta la fecha de esta firma habían acaecido seis muertes, pero a las denunciantes no se les informó sobre un séptimo fallecimiento, el de una aguililla caminera de nombre Inti, que murió por presunta retención de huevo.

 

Tamara manifestó que, a pesar de la firma, no se han cumplido las propuestas de cambio para mejora del área, por lo que teme que ocurran más muertes de especímenes, pues puede que algunas se encuentren enfermas y no tengan la atención necesaria.