Se calcula que 100 millones de personas tienen un disco de Juan Gabriel. Yo tengo algo mejor: un disco con temas del Divo ¡interpretados por mí! y 99 voces más. A estas alturas se ha dicho todo sobre el fallecido compositor y cantante, así que para no repetir, se me ocurrió contarles una anécdota que habla también de la importancia y grandeza del Divo de Juárez.

 

Cuando era niña, aparte de Pérez Prado (“¿qué le pasa a Lupita?,  no sé”), mis primeros famosos cercanos fueron los Hermanos Zavala. Sí, los coros del Festival OTI. Ellos dirigían un grupo impresionante –tipo góspel, pero sin negritos– llamado El Coro de las 100 voces. Sí, queridos lectores, fui corista.

 

Hacíamos show en la misa de 11 en un templo de la Roma, y el público en lugar de atender a las palabras del padre se quedaban helados con nuestro sonido. Modestia aparte, éramos fantásticos, aunque  cantábamos lo de siempre. Ya saben: “santo, santo, santo es el señor” y “Aleluya”. Pero un buen día nos ofrecieron hacer un disco LP con las canciones más exitosas del compositor del momento: Juan Gabriel.

 

Cuando me di cuenta estábamos en los estudios de RCA Victor grabando. Sí, tengo un currículum amplio y extraño. Nunca lo entrevisté, así que sólo quedaré anotada en la lista de sus intérpretes junto a la Dúrcal, la Pantoja y Daniela Romo (jajaja, bueno, a veces la historia te depara sorpresas).

 

 

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A lo que iba es que, en ésa época (1977) no había canciones para infantes fuera de Cri-Cri o las rondas, así que los niños chicos cantábamos cosas de grandes y ésta columnista, a los 10 años, escuchaba e interpretaba a todo pulmón joyas como “tú estás siempre en mi mente, pienso en ti amor cada instante”, del mismísimo Juan Gabriel, o alguna de José José o Manoella Torres.

 

El disco (es una reliquia) dirigido por el maestro Chucho Ferrer y Javier Zavala incluye Me he quedado solo, Nuestro amor es el más grande del mundo, Volvamos otra vez, Qué divino amor, Llegué y me voy, Eres difícil de olvidar, Lily, En el mundo ya no hay paz y ¿Jesucristo dónde estás? Apuesto que éstas últimas no se las saben.

 

Coincidí con JG muchas veces, pero nunca pasó más allá del saludo, nunca supo que llevamos ‘juntos’ 40 años. Ahora que debuté como standupera presento mi rutina dentro del espectáculo “Te propongo matrimonio, Juan Gabriel y yo”, de Felipe Nájera, así que llevo meses escuchando sus canciones sin parar. Justamente hoy es mi última función, así que me alejaré de su música.

 

Todo lo anterior, era para decir que siento mucho su partida porque era un genio. No creo que fuera uno de los más grandes, sino el más grande de México a nivel musical, sin duda.

 

Un personaje que le dedica a alguien “aunque malgastes el tiempo sin mi cariño y aunque no quieras este amor que yo te ofrezco. Y aunque no quieras pronunciar mi humilde nombre, de cualquier modo yo te seguiré queriendo…” merece una ovación en la Tierra y en el cielo. ¡Hasta siempre!