Ahora sí, los aficionados chivas tienen fundamentos y razones para soñar.
Soñar desde el sentido común y apegados a una realidad: asumir que el plantel rojiblanco no es de ninguna forma el mejor del torneo mexicano, circunstancia que difícilmente volverá a suceder con los trabucos de múltiples nacionalidades que el resto de los clubes pueden conformar. En todo caso, un colectivo poderoso, lleno de opciones y dinámica, con jóvenes de los que se espera bastante, a la par de elementos consolidados que todavía tienen demasiado que crecer y probar con ese uniforme. En resumen, el más completo equipo rojiblanco en muchísimo tiempo, bajo las órdenes de un Matías Almeyda que tendrá que entregar resultados –no sólo ganar el Clásico con la autoridad y brillantez que lo hizo; no sólo calificar a la liguilla, que eso no basta en esta historia. Resultados: a la brevedad devolver el título de Liga a esas vitrinas tapatías.
Si cuando se acercaba Brasil 2014, alguien hubiera adelantado que el Rebaño adquiriría al cabo de un par de años a cuatro mundialistas tricolores como Isaac Brizuela, Carlos Peña, José Juan Vázquez y Alan Pulido, habría parecido como una deslumbrante apuesta. No sólo lo que por entonces ya mostraban estos futbolistas, sino la proyección que se les auguraba.
De entonces a la fecha, de los cuatro hemos aguardado el salto a otro nivel y con los cuatro nos hemos quedado con la sensación de que algo más tiene que suceder. En el caso específico de Pulido, viene de un par de años casi desperdiciados, con apenas unos 20 cotejos entre Levadiakós y Olympiakós. Con 25 años, es su momento y en el Guadalajara tendrá que demostrarlo; habrá de cargar con esa ofensiva, habrá de orientar a los jóvenes delanteros, habrá de aportar muchísimo gol, que para eso se le está repatriando.
Si ha sido excesivamente costoso o si su fichaje no ameritaba tal cantidad de millones de dólares, es tema de otro debate, pues finalmente el dinero proviene de un privado y no de la masa social chiva. La realidad es que la no pocas veces criticada (y con razón) directiva rojiblanca está poniendo en manos de su director técnico el mejor plantel posible.
¿Cuántos futbolistas mexicanos más harían mejor a este Chiverío? Pocos y de imposible llegada, porque simplemente no serían negociados con el Guadalajara.
Estas Chivas tienen que pensar en grande y sus jugadores han de visualizar que su único camino posible es devolviendo gloria a una institución que muchísimo tiempo atrás se habituó a tenerla, para luego perderla.
El Clásico y esa goleada al América han de servir de catapulta. La llegada de Pulido, más la urgente resurrección de Vázquez y Peña han de ser los pilares sobre los que se recargue el mejor proyecto rojiblanco en muchísimos años.
Al menos, la inversión da para creer en él.
No es el mejor plantel de México, pero sí es el mejor plantel que podría tener Chivas. Y eso, cuando el responsable técnico del proyecto parece haber dado con la tecla respecto a cómo tiene que aprovechar esos recursos.