WASHINGTON. La Universidad de Georgetown, una de las más prestigiosas de Estados Unidos, anunció hoy que dará prioridad en las admisiones a descendientes de los esclavos que vendió en 1838 para pagar sus deudas y sobrevivir, entre otras medidas dentro de un proceso abierto para reconocer sus lazos con la esclavitud.
En 1838, los jesuitas conectados con la universidad, católica, privada y ubicada en Washington, vendieron a 272 esclavos, entre ellos mujeres y niños, para pagar las enormes deudas del centro.
El presidente de Georgetown, John DeGioia, creó en septiembre de 2015 un grupo de trabajo para que le diera recomendaciones sobre cómo “reconocer y admitir” la historia de la universidad y su relación con la esclavitud.
Esas recomendaciones, publicadas hoy, incluyen que los descendientes de esos esclavos vendidos en 1838 reciban un trato preferencial en las solicitudes de admisión a la universidad, similar al que disfrutan los hijos de profesores, personal o exalumnos.
El grupo de trabajo también aconseja “ofrecer una disculpa” por la relación “histórica” de la universidad con la esclavitud, así como establecer un monumento público en memoria de los esclavos.
Asimismo, uno de los edificios de la universidad pasará a llamarse Isaac Hall, en honor del esclavo mencionado en primer lugar en los documentos sobre la venta de 1838, y otro recibirá el nombre de Anne Marie Becraft, una monja negra que fundó una escuela para niñas negras en el vecindario de Georgetown.
Después de dar a conocer las principales medidas que adoptará la Universidad, DeGioia pronunció un histórico discurso ante cientos de estudiantes y profesores, al que también invitó a algunos de los descendientes de esos esclavos.
“Esta comunidad participó en la institución de la esclavitud. Ese mal original, que tomó forma durante los primeros años de la República, también estuvo aquí presente”, reconoció DeGioia.
“Hemos sido capaces de esconder esa verdad, enterrar esa verdad, ignorar y negar esa verdad. Como comunidad y como individuos, no podemos sacar lo mejor de nosotros si rechazamos asumir la responsabilidad por esa parte de nuestra historia”, añadió.
DeGioia, además, explicó que la institución que él preside pedirá perdón por esos errores “dentro del marco de la tradición católica”, es decir con una misa de reconciliación en la que participarán los superiores jesuitas en Estados Unidos y la Archidiócesis de Washington. JMS