La Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar) denunció que de enero a junio de este año 540, unidades de autotransporte fueron robadas, casi la misma cantidad que durante todo 2014.

 

De continuar esta tendencia, la cifra superará las 986 de 2015, principalmente en las carreteras de Puebla, Veracruz y Estado de México, lo cual representa un incremento de este delito en 73.5%, el año pasado, y 40%, en lo que va del año.

 

Datos de la Canacar refieren que en la carretera México-Puebla se reportaron 99 unidades robadas en el primer semestre, mientras que el Circuito Mexiquense y la Texcoco-Lechería concentran 68 eventos. Se trata de 15 carreteras del sur del país que concentran los hurtos de camiones de carga. Los caminos que tienen menos robos están en Ciudad de México y Tlaxcala, con 10 y nueve eventos.

 

El problema es tan grave, señaló el vicepresidente de la Canacar, José Refugio Muñoz López, que ya solicitaron una reunión de emergencia con el titular de la Comisión Nacional de Seguridad, ya que la situación no mejora y, por el contrario, empeora.

 

Las carreteras con mayores hurtos de unidades son: México-Puebla, Puebla-Orizaba, Perote-Puebla, Acajate-Teziutlán, México-Querétaro, Circuito Mexiquense, Texcoco-Lechería, Arco Norte (Estado de México), Querétaro-Celaya, Irapuato-León, León-Lagos de Moreno, Celaya-Salamanca, Guadalajara-Morelia y Jiquilpan-Guadalajara.

 

Entre los más afectadas están las unidades de carga seca, refrigerada, paquetería y mensajería, marítimos y de carga, materiales y residuos peligrosos, autotransporte de vehículos (madrinas), transporte de líquidos, grúas, mudanzas, e incluso camiones de valores.

 

Según mencionó, a los problema de inseguridad se suman los bloqueos y secuestros de unidades por parte de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), por lo que se han visto obligados a suspender el servicio, cambiar de rutas e, incluso, modificar sus horarios para transportar mercancías.

 

Otra de las quejas de la Cámara, es el maltrato, que afirman recibir los autotransportes mexicanos por parte del personal de las aduanas de Estados Unidos, pues acusan que las revisiones son exhaustivas y discriminatorias, ocasionando muchas horas de demora en los cruces, lo cual calificó de un sinsentido porque los transportistas nacionales sólo desenganchan el remolque en la zona comercial para que una empresa estadounidense entregue la carga a su destino final, y viceversa.