Las cenizas de Juan Gabriel ya reposan en la chimenea de su casa en Ciudad Juárez, como fue su última voluntad.

 

Fue la madrugada de este miércoles, cuando sus restos por fin regresaron a la ciudad de la que fue el hijo pródigo.

 

Tras dos días de un multitudinario homenaje en el Palacio de bellas Artes en la Ciudad de México, la familia llegó con los restos del “Divo de Juárez” aproximadamente a la 1:00 hora local y, fueron escoltados por 80 patrullas en medio de una intensa lluvia que caía en la ciudad.

 

Si alguien sabía ser romántico y hacer de un momento una canción, ese era Juan Gabriel, por lo que el cielo de Ciudad Juárez le pagó con la misma moneda haciendo del “chipichipi” un poema de bienvenida a su morada definitiva.

 

Si se quisiera hablar del retorno de Juan Gabriel a Ciudad Juárez, en términos científicos y de cuestiones de física, se diría que Newton manifestó su tristeza, derramando unos 25 milímetros de lágrimas en el momento que su hijo predilecto regresaba a casa.

 

Si aquello quisiera hacerse romántico y musical, se tendría que echar mano de alguna de las miles de canciones del propio Juan Gabriel: “Lloviendo está y a través de la lluvia, hay un triste adiós y un amor termina…”.

 

Y es que desde temprano, la dirección municipal de Protección Civil había advertido un 50% de probabilidad de lluvias, lo que más tarde confirmaron y con creces, pues se determinó la alerta naranja, con posibilidad de convertirse en roja.

 

Sus cenizas permanecerán sobre la casona de la avenida 16 de Septiembre entre Colombia y Perú, que en breve se convertirá en el museo que albergará todos aquellos objetos que él y su familia escogieron para compartirlos. (Con información de Notimex)