CDMX se ha convertido en una ciudad importante para el deporte motor desde el año pasado, con el regreso de la Fórmula Uno, que al final fue catalogado como el mejor Gran Premio del año.

 

Todo queda entre familia

 

 

Ya van muchos años que Porsche y Audi traen un pique muy fuerte en el WEC y que lo único que ha causado es que cada carrera sea más emocionante que la otra. Bueno, Toyota también ha hecho lo suyo, aunque en Le Mans nos robó el corazón con su mala suerte y es que se puede hacer una carrera perfecta, pero al final Le Mans elige al ganador.

 

F1, la punta del iceberg

 

El año pasado la Fórmula Uno nos enganchó y permitió que generaciones que no habían experimentado de cerca el automovilismo pudieran vivir la experiencia y se quedarán con ganas de más. Por suerte después tuvimos a la Fórmula E y ahora al WEC.

 

Triunfo importante

 

 

Tras haber vencido en la quinta de las nueve carreras del Campeonato Mundial de Resistencia (WEC) con el 919 Hybrid, Porsche amplió su ventaja en la clasificación de constructores.

Los actuales campeones mundiales, Timo Bernhard (Alemania), Brendon Hartley (Nueva Zelanda) y Mark Webber (Australia), hicieron una carrera que emocionaba al más villamelón.

 

No fue fácil para Porsche

 

 

Brendon Hartley salió desde la cuarta posición. En la primera curva sobrepasó al auto gemelo de su compañero de equipo, Marc Lieb, y se fue a la caza de los dos Audi que marchaban al frente. En la vuelta 21 sobrepasó al Audi número 7, conducido por André Lotterer, y se puso en segundo lugar. Tras 35 giros, Hartley aprovechó una bandera amarilla para hacer una temprana entrada a los pits y ceder el auto a Mark Webber, quien con un juego de neumáticos nuevos conservó la segunda posición.

 

Aprovecharon cada oportunidad y la suerte sonrío

 

 

Tras dos tercios de la carrera, Porsche hacía el 1-2 al frente. Luego de 162 vueltas, Hartley le entregó el auto a Bernhard, quien regresó a la pista estrenando llantas. En ese momento iba en segunda posición porque el Audi No. 7, conducido por Lotterer, había hecho una impresionante remontada tras haber perdido tiempo previamente. Cuando Lotterer cargó gasolina tras 172 vueltas, Bernhard regresó al liderato. Luego de 199 giros entró a pits para su última parada y finalizar la carrera con neumáticos lisos. Tras 230 vueltas consiguió la victoria, a pesar de la lluvia que iba incrementado y una pequeña salida de pista en el giro 226. Así, Porsche salió victorioso en las recién inauguradas 6 Horas de la Ciudad de México.