Miguel Arroyo creció viendo a su padre dedicar su vida a fabricar banderas de México, desde 1977, cuando fundó la empresa Bandermex, de la cual tomó el control a partir de 1994.

 
Miguel ha pasado toda su vida rodeado por el lábaro patrio y por ello decidió dedicarse por completo a esta tarea tan noble, que le enorgullece.

 

Es, además, un trabajo en el que se mezcla la tecnología con el arte, ya que algunos de los escudos, como el Nacional, se bordan o pintan a mano.

Entre las distinciones que recuerda se encuentra el elaborar las banderas de las naciones representadas en visitas de estado, entre ellas la de El Vaticano y Gran Bretaña.  

 

También elaboró las banderas de la Embajada de México en Australia y las que visten el Palacio Legislativo.  

 

Su trabajo le ha llevado a fabricar banderas para otras dependencias oficiales o privadas, incluso para instituciones educativas como la Universidad Nacional Autónoma de México.  

A largo plazo, su meta es continuar con el trabajo que tanto le gusta y que desempeña en su empresa familiar.
Para saber más de Miguel Arroyo

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