TOKIO. La mayor exposición de Salvador Dalí en Japón, una retrospectiva con 250 obras que recorre las etapas más significativas de su carrera, se inauguró hoy en Tokio para mostrar el lado más desconocido del artista catalán en el país asiático.

 

“Dalí es un artista de renombre y sus relojes (“La persistencia de la memoria”, 1931) son de sobra conocidos en todo el mundo, pero existen obras desconocidas que queremos acercar en esta exposición”, explicó a Efe Yusuke Minami, comisario de la muestra y subdirector del National Art Center, donde se exhibe hasta el 12 de diciembre.

 

La exposición, titulada “Dalí”, incluye pinturas y acuarelas, esbozos, grabados, joyas, una escultura y videos procedentes de la Fundación Gala-Salvador Dalí de Figueras (Girona), el Museo Reina Sofía de Madrid, y el Salvador Dalí Museum de San Petersburgo (Florida, Estados Unidos), además de algunas colecciones japonesas.

 

La exhibición, procedente del Museo municipal de Kioto, donde se expuso desde julio hasta principios de septiembre, se divide en ocho partes que engloban las etapas más significativas de la vida y la obra del prolífico autor, desde su infancia a principios del siglo XX hasta sus últimos trabajos antes de su fallecimiento en 1989.

 

Tokio revela el lado más desconocido de Dalí-EFE (2)

 

La muestra recorre su búsqueda del Modernismo (1922-1929), el cultivo del Surrealismo (1929-1938) o su exilio a EEUU (1939-1948), en diferentes salas cuyas paredes están decoradas desde en aséptico color blanco, inquietante rojo o en sosegados azul y verde, en función del momento artístico de Dalí.

 

La exposición, por ejemplo, recoge “Idilio atómico y uránico melancólico” de 1945, la obra inspirada en el lanzamiento de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, y una de las piezas que más interés ha despertado entre el público nipón que visitó hoy la muestra.

 

Además, entre las piezas expuestas se incluyen “Cuatro mujeres de pescadores en Cadaqués” (1928), prueba del notable cambio que sufrió el universo plástico de Dalí cuando se instaló en París, el óleo “Singularidades” (1935) o la Venus de Milo con cajones (1964).

 

Con ellos comparten espacio “La Batalla de Tetuán” (1962) o “El torero alucinógeno” (1968-1970), obras más maduras del pintor.

 

 

“Dalí” supone el regreso de la obra del figuerense a Japón tras la exposición acogida en el The Royal Ueno Museum de la capital nipona en 2006, en la que se expusieron unas 100 piezas.

 

 

Tras lograr su objetivo de poner en marcha esta retrospectiva, que llevaba gestándose desde 2009, el siguiente objetivo del museo tokiota es acoger el “Guernica” (1937), obra que a Minami, quien confiesa que lo contempló hace unos años en una visita a Madrid, le gustaría especialmente exhibir en el país asiático.

 

DEC