Tras la zambullida en la época de la Guerra Cristera –con una exhaustiva investigación de lo ocurrido y escrito sobre aquella etapa de nuestra historia–, frente a lo que se vive hoy en día en términos de la relación Iglesia-Estado, el escritor y dramaturgo Carlos Pascual resume:
-La Iglesia católica sigue en lo suyo, en lo que ha hecho toda su vida: haciendo mártires y santos. Ése es su negocio, su porqué, su para qué.
“Al Estado mexicano, en cambio –y no, no pretendo que venga otro Calles a descabezar católicos–, sí lo veo muy timorato… ¿Dónde está el Estado?”.
-¿A qué atribuye esa debilidad actual del Estado frente a la Iglesia?
-A la cicatriz de la Guerra Cristera… Así como está el famoso síndrome del 68 del Estado represor, creo que hay un trauma también por la Guerra Cristera porque se convirtió en un evento muy grande en contra del Estado.
“Muchísimos, en favor y en contra, dicen: el Estado aprendió una lección, que es no meterse con la fe de la gente… Y ahí está el error, porque fue carcomiendo el poder y paralizando”.
-¿Contra la fe o contra la Iglesia?
-¡Ésa es una de las grandes mentiras que tenemos encima de la era cristera: que la gente luchaba por su fe…! El pueblo muy profundo –que todavía existe– sí luchaba por su fe, pero la Iglesia y quienes sostenían la guerra, ¡luchaban por el poder político!
Ahí están publicados los documentos –arguye–: el manifiesto a la nación del general Enrique Gorostieta que dice claramente: una vez que triunfemos se derogarán todas las Leyes de Reforma… También está el manifiesto del llamado a las armas de los Cristeros, en el que desconocen los poderes de la nación para tomarlos ellos. Inclusive publican su Constitución Cristera, en cuyo primer capítulo dice que el territorio mexicano y sus habitantes le rinden vasallaje absoluto a Dios.
Pascual –autor de la tragedia Cuando los ángeles lloran y de las series históricas para televisión Gritos de muerte y libertad, El encanto del águila y Réquiem por Leona Vicario– tiene sobre la mesa su Libro de las revelaciones de la Guerra Cristera: Memorial de cruces.
Destacan del volumen, además del reencuentro con la historia y la narración de nuevas anécdotas, la estructura bíblica de la novela –“la Guerra Cristera es un gran apocalipsis”– y la voz del narrador: la muerte, lo que le permite “distancia, ironía y desapego”.
Rescata personajes –además del propio Plutarco Elías Calles, “el gran Presidente del siglo XX”, y de Emilio Portes Gil– como al general Gorostieta –“mercenario, general brillante” que encabezó las milicias cristeras– o el Catorce, único protagonista de la Guerra Cristera, “convertido en héroe popular”.
-¿Qué le quedó de esta inmersión a la Guerra Cristera?
-La constatación de que debemos limitar –no digo acotar, reprimir, censurar–, pero sí limitar las esferas de la Iglesia y la esfera de lo gubernamental. Y la constatación de que nuestro país vive todavía una profunda ignorancia.
GEMAS: Constitución de los cristeros (promulgada el 1 de enero de 1928). Artículo 1°: “La nación mexicana, en cumplimiento de su principal obligación, reconoce y rinde vasallaje a Dios, omnipotente y supremo creador del universo”.