Si es invasivo o inmoral pertenece a otro debate; la realidad es que toda filtración de documentos confidenciales contribuye a una mejor comprensión del tema en cuestión y, en ese sentido, no son excepción los datos robados por hackers rusos a la Agencia Mundial Antidopaje (WADA).

 

Hasta antes de esta serie de publicaciones, el término TUE (por sus siglas en inglés, Uso Excepcional Terapéutico) era desconocido o poco recurrido en todo debate público sobre sustancias prohibidas en el deporte. Incluso se suscitó un buen ruido cuando el ciclista Bradley Wiggins explicó en alguna entrevista que, por padecer asma, hasta en un par de ocasiones recibió permiso especial para consumir un medicamento proscrito.

 

Ahora sabemos que la gimnasta estadunidense Simone Biles ha tenido autorización para tratarse con anfetaminas el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (enfermedad polémica por su no siempre consensuado diagnóstico y por utilizarse en béisbol de Grandes Ligas como fachada para dopaje, pues eleva resistencia y capacidad de concentración); que el tenista español Rafael Nadal pudo recurrir al esteroide betametasona para atenderse un par de lesiones graves; que el multimedallista británico Mo Farah aplicó exitosamente a la WADA para consumir un antiinflamatorio y un medicamento tras haberse desvanecido en un campamento de altura.

 

La base del TUE es ir en contra del refranero y pedir permiso antes que perdón. Por lo anterior, los TUE abren otra polémica y pueden llegar a ser pantallas alevosa y premeditadamente colocadas para doparse.

 

La aplicación para un TUE se envía con cartas firmadas por médicos y documentadas científicamente. Entonces el Comité de los TUE en la WADA evalúa y decide si concede la excepción. Para ello hay una serie de puntos medulares: que el atleta necesite la medicina para evitar mayores problemas de salud, que no se traducirá en elevar su rendimiento deportivo, que dentro del reglamento no hay otra alternativa a su utilización, que sólo se consuma una vez concedido el TUE.

 

 

Sin embargo, el propio Richard McLaren, abogado independiente que encabezara la investigación de dopaje de Estado por parte de Rusia, explicó a la BBC que el sistema TUE da pauta para abusos y tiene que ser replanteado.

 

 

Quien sea que esté al mando de los hackers y las filtraciones recientes (el candidato obvio e inicial fue Rusia, el más perjudicado en la historia por la WADA) ha conseguido que este debate hoy sea más completo e incluya factores imprescindibles.

 

¿En qué proporción deben permitirse los TUE? ¿Qué hacer ante el asma que es consecuencia del ejercicio y no de nacimiento? ¿Cómo considerar el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad? ¿Bajo qué marco conceder esteroides para tratamiento de lesiones? ¿Cómo evitar que tras cada TUE se esconda la justificación para un tramposo?

 
 

Tema muy interesante que no cambia algo fundamental: que quien recibió permiso (Biles, Nadal, Farah, etcétera), de ninguna forma fue contra las normas.

 

 

Twitter/albertolati

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