Pumas no se congeló con el clima frío que sacudió la Ciudad de México y derrotó cómodamente a Atlas, confirmando así que la cancha del Estadio Olímpico Universitario será una aduana complicada de violar, pues con el transcurso del torneo los universitarios demuestran que como locales la efectividad y contundencia serán el común denominador bajo las instrucciones de Francisco Palencia.

 

Durante los primeros cuarenta y cinco minutos ambas escuadras carecieron de creatividad y espectacularidad, siendo Pumas el equipo que mayor insistencia tuvo, ya que en repetidas ocasiones Javier Cortés intentó vencer al arquero con disparos potentes de media distancia. El árbitro hizo sonar su ocarina y los veintidós en el campo se tuvieron que marchar al vestidor con el empate a cuestas.

 

Al iniciar la parte complementaria Pumas salto a la cancha con el ánimo a tope y rápidamente se apoderó del esférico. Al 54′ Jesus Gallardo se hizo de la pelota hasta entrar al área rival y fue con un pisotón que lograron detenerlo, el silbante se percató y decidió sancionar dicha acción con un tiro penal.

 

Darío Verón fue el encargado de encender las tribunas del México 68 ,pues desde los once pasos superó al arquero Ustari para abrir el marcador y romper la paridad.

 

A partir de la anotación los del Pedregal se adueñaron completamente del balón. El conjunto dirigido por José Guadalupe Cruz nunca mostró capacidad de reacción y a la postre pagaron caro su apatía, pues al 72′ Abraham González capitalizó de buena manera un centro de Barrera, y convirtió el segundo tanto de la velada futbolística.

 

En los minutos finales y sabedores de la derrota, los tapatíos se convirtieron en un espectador más, acumulando una nueva derrota en su estadística y regalando una angustia más a su afición.