El miércoles pasado tuvimos importantes decisiones de política monetaria en dos de los bancos centrales más relevantes del mundo: la Fed de Estados Unidos y el Banco Central de Japón. En ambos casos, la tasa de referencia no tuvo cambio quedando en 0.25-0.50% y -0.10%, respectivamente.

 

La economía de Estados Unidos crece moderadamente. La Fed revisó a la baja su previsión de crecimiento, desde un rango de entre 2.0% en junio y 1.8% en septiembre, lo que significa que la Fed espera un repunte más fuerte de la actividad económica en el último cuatrimestre del año, situación que nos parece muy poco probable.

 

Para el caso de Japón, la economía crece apenas a un ritmo anual de 0.2% en medio de un proceso deflacionario, a pesar de que el Banco de Japón diga que ha terminado, creemos que sigue vigente.

 

Ahora, el turno lo tendrá el Banco de México (Banxico) para la próxima semana. En cuanto a la perspectiva económica, la necesidad del Gobierno federal de generar un recorte en el gasto público importante que le permita alcanzar un superávit primario hacia 2017, así como el aumento en la tasas de interés de referencia (ya de 100 puntos base) y una actividad moderada de la economía americana con una producción industrial estancada, provocará una desaceleración mayor de la economía mexicana, que venía a una tasa promedio en el primer semestre del año hacia 2.0% para el segundo semestre con una tasa de fondeo en 4.25%.

 

Sin embargo, el problema viene en mayor medida por la tenencia de extranjeros en el mercado de dinero. De acuerdo a información del Banco de México, al 12 de septiembre (último dato conocido), se registra una baja de -7.50%, que implica una salida hasta el momento de ocho mil 471 millones de dólares. Analizando de cerca esta información, vemos que la tenencia en bonos que representa 84% del total de inversión extranjera crece a un ritmo de 5.44%, mientras que se ha estabilizado la salida en Cetes y en Udibonos.

 

Sobre esta base es probable que con la idea de mantener “estable y creciente” la inversión extranjera, pudiera incentivarla con algún aumento en la tasa de referencia.

 

Hace unos días salió la encuesta de Banamex en el mercado con relación a su perspectiva de acción para la Fed, y hay algunos que piensan sobre un aumento hasta de 75 puntos base. Lo que vemos demasiado agresivo y poco funcional.
Tendría un impacto de freno inmediato a la economía, y aunque el peso pudiera apreciarse con regresos a niveles de 19.30-18.90, el desarrollo de las elecciones en Estados Unidos que concluyen el 8 de noviembre y que incluyen cuatro debates: el 26 de septiembre, el 4, 9 y 19 de octubre, que podrían generar vaivenes en el peso mexicano en función de los avances o retrocesos de Trump vs. Clinton en las encuestas.

 

Lo que sí será importante evaluar es el riesgo inflacionario en el que se acumula una inflación anual en 2016 de 1.21% y que al cierre de 2016, la encuesta del Banxico estima un nivel de 3.20%, por lo que estos últimos meses se acelerará la inflación.

 

Así que consideramos que el Banxico, en su próxima reunión, podría mover la tasa de interés, pero lo haría de una forma moderada de hasta 50 puntos base. Aunque debemos considerar que si la Fed mueve en diciembre los 25 puntos base, el Banxico tendrá que actuar en consecuencia y mover al alza entre 25 y 50 puntos base la tasa de referencia.

 

Por ello, ¿para qué quemar un cartucho “agresivo” antes de tiempo, que implica un mayor costo de la deuda para el Gobierno federal y un aliciente de menor crecimiento económico hacia los siguientes meses?