A Paola Prieto (Bogotá, 1986), miembro activo del Comité de Colombianos y Colombianas en México por el “sí a la paz”, manifestó su intranquilidad con la situación de violencia que vive su país, de donde huyó para poder seguir estudiando; hoy lo hace en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“Vine a estudiar a México porque me gusta y porque en Colombia no hay oportunidades, porque gran parte de los recursos del Estado están dirigidos a mantener una guerra que es costosísima y con la que los estudiantes no estamos de acuerdo; creemos que al terminar esa guerra, automáticamente habrá más recursos para la educación, el arte y la cultura”, consideró.
Actualmente hace campaña por el “sí” en el plebiscito que se votará este 2 de octubre en Colombia, donde los ciudadanos tendrán la oportunidad de refrendar los acuerdos de paz entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), una guerrilla que se autoproclama marxista-leninista, y el gobierno de esa nación latina.
A la activista le interesa acordar con sus compatriotas cuál es la posición que deberán tomar ante el plebiscito y por qué van a votar. Su comité promueve el “sí” para la paz en Colombia desde el extranjero, y para ello, este sábado por la noche realizó una tertulia donde cavilaron y tomaron acuerdos sobre acciones a desarrollar en los próximos días.
Para los colombianos, tomarse un tintico (café cargado servido en una taza pequeñita) es algo cultural y la oportunidad de conversar sobre un tema de alto interés común. Anoche, la idea fue convocar a los colombianos y colombianas radicados en México para que ese día voten en los consulados de Colombia en esta ciudad, en Guadalajara y en Monterrey.
Fue una reunión informal, de amigos, para plantear posiciones y para comenzar a pensar qué van a hacer, como colombianos en el extranjero, desde sus posiciones, profesiones y su situación en el exterior, cuando se firmen los acuerdos y el “sí” triunfe en Colombia.
Acordaron cómo apoyar y vigilar, que lo que sea escrito en papel se cumpla cabalmente.
De acuerdo con Paola Prieto, en México existen alrededor de 12 mil personas de origen colombiano, lo que hace de ese conglomerado la colonia extranjera más grande en este país, superando incluso a la argentina que durante varios años fue la mayor población de sudamericanos en territorio mexicano. “Es una colonia que cada día crece más”, añadió.
Esa cantidad de colombianos significa un mosaico de profesiones, oficios y ocupaciones, sin embargo, mayoritariamente se hallan profesionistas de las áreas médicas, técnicas y económico-administrativas, estudiantes y comerciantes de los más variados productos alimenticios y artesanales, tanto manufacturados en Colombia como hechos en México.
Entrevistada por Notimex en el marco de su más reciente reunión de Comité, Prieto dijo que de ganar el “sí a la paz” durante el inminente plebiscito, seguramente crecerá de una manera sustancial el presupuesto para salud e infraestructura carretera. “Tenemos vías de comunicación terribles, por las que es imposible circular, y se recurre a trochas (atajos)”.
La activista, quien llegó a México hace dos años y realiza actualmente un Doctorado en Historia, dijo que tiene sumadas sus esperanzas en que cuando la guerra llegue a su fin, Juan Manuel Santos Calderón, presidente de Colombia desde el 7 de agosto de 2010, cumpla lo que dijo desde los primeros días de su mandato: Invertir más en la educación.
Dijo que los colombianos, dentro y fuera de ese país, están frente un momento histórico para Colombia, para el Continente Americano y para el mundo entero, porque se trata de uno de los conflictos armados más largos de la historia reciente. “Es el momento para que los colombianos podamos dar al mundo un ejemplo de paz y de reconciliación”, subrayó.
Paola Prieto aseveró que los colombianos son capaces de sentarse a la mesa para discutir problemas y quitarse de encima el estigma de la violencia, el narcotráfico y otras muchas cosas negativas más que han venido cargando y que ya no están dispuestos a representar ante el mundo. “Deseamos representar un pueblo de paz, el pueblo de paz que sí somos”, concluyó.