La muerte de José Fernández ha sido un golpe para el deporte estadounidense y latinoamericano. Con apenas 24 años, el beisbolista cubano perdió su vida en un accidente náutico y conmocionó al mundo del deporte.

 

Ayer el cortejo fúnebre partió desde la Plaza Oeste, del parque La pequeña Habana en Miami, para que los fanáticos pudieran acercarse y acompañar los restos del pelotero hasta el santuario Ermita de la Caridad, en donde se llevó a cabo una misa.

 

Luego, la procesión se trasladó a la Iglesia Católica de Saint Brendan y el féretro de Fernández fue expuesto por la tarde para que el público pudiera dar el último adiós a un joven talento que en muy poco tiempo se convirtió en una estrella de La Gran Carpa. / Redacción