En su paso de tres años por el infierno de Puente Grande, J. Jesús Lemus encontró un reo que le enseñaría cómo sobrevivir al interior de aquella prisión de máxima seguridad ubicada en Jalisco.
Aquel preso, que se convertiría para el periodista michoacano en una suerte de “maestro”, llevaba más de 20 años tras las rejas cuando Lemus ingresó a ese centro penitenciario en 2008: Rafael Caro Quintero.
Y sí, al hoy autor del libro Los malditos 2 –segundo tomo de la serie de charlas con algunos de los “huéspedes” de Puente Grande– le dio mucho gusto ver que Caro Quintero salía de prisión (9 de agosto de 2013), con todas las de la ley.
“Él deseaba más la libertad que yo…; tan sólo por el tiempo que llevaba ahí dentro”, nos dice Lemus.
El libro es impactante (volveremos a él más adelante), pero nuestra plática derivó en un momento dado al secuestro de los hijos de Joaquín el Chapo Guzmán. Y, reportero como siempre –lo fue incluso en prisión–, Lemus comenzó a contarnos:
“Ese secuestro tiene mucho de trasfondo. Investigué con gente muy cercana al Chapo. Es una advertencia para decirle al Chapo Guzmán que el cártel de Jalisco quiere todo el territorio del cártel de Sinaloa”.
-¿Pero por qué ocurre, cómo es que se da?–, pregunto.
-Porque el cártel Jalisco logra una alianza –por eso le da la espalda al Chapo Guzmán– con los Beltrán Leyva, con Caro Quintero y con el Mayo Zambada. Consiguen una alianza para dejar fuera al Chapo, porque el Chapo Guzmán ya no tiene ningún control del cártel y el cártel del Chapo se estaba quedando en manos de Aureliano, su hermano mayor.
“Realmente el conflicto es ése: Rafael Caro Quintero logra aliarse con el cártel Jalisco, y éste le manda el mensaje claramente: ‘No quiero que te metas en Jalisco; aquí tengo a tus hijos, recógelos. No quiero que se paren aquí, y a partir de ahora me pertenece todo este corredor…’. El Chapo no tuvo otra cosa más que quedarse quieto.
“Cuando veo eso, me queda claro que la mano de Rafael Caro Quintero está detrás de eso”.
-Pero se supone que Caro quería al Chapo…
–Rafael puede querer mucho al Chapo, fueron socios mucho tiempo; pero Rafael estaba recibiendo una presión muy grande por parte del gobierno para ser recapturado. Y él, a cambio de que no lo persigan, le ofrece al Gobierno federal –“lo sé de muy buena fuente”– la posibilidad de tranquilizar al país.
“Y sí. Y la única forma de tranquilizar al país es quitarle el control al Chapo; es el cartel más poderoso”.
-¿El Mayo no era socio del Chapo?
-Era…, era… El Mayo está asociado con el cártel de Juárez, que está en negociación con el cártel del Golfo y con los Arellano Félix. Y vas a ver, en cuanto se dé lo del Mayo con estos grupos y de Rafael con esos otros, se van a fusionar.
“Mi teoría –es una teoría–, es que estamos ante la posibilidad de que se pacifique el país con base en las gestiones de Rafael Caro Quintero”.
-¿Y la persecución de la DEA?
-La DEA no se la cree. La única posibilidad que tiene Rafael es la gestión del gobierno mexicano para que no lo busquen ni lo entreguen a los gringos. Por eso está del lado del gobierno mexicano para pacificar al país. Caro Quintero está salvando su pellejo.
GEMAS: obsequio de Caro Quintero: “No soy dios para juzgar a nadie. Cada quien sabe qué tan batido trae el pañal. Aquí soy un preso más, y a todos los veo como mis hermanos”.