Fue una semana de información relevante en los mercados, en la que el resultado del primer debate marcó un ligero beneficio en las encuestas de cierre semanal para Hillary Clinton pero que, sabemos, aún no son determinantes.

 

Ahora tocará el turno a los vicepresidentes, este martes por la noche, y se tendrán datos muy importantes en la economía de EU esta semana como el empleo, la manufactura y servicios. Ello abrirá espacios para mantener la expectativa de un probable aumento en la tasa de interés por parte de la Fed, en diciembre, o quizá se pueda diluir esta posibilidad hacia principios de 2017. El promedio de empleos por mes en los últimos 12 meses se ubica sobre los 204 mil que será nuestro marco de referencia y evaluar si el sector servicios sigue en proceso de “desaceleración” o marcaría un punto de “estabilidad”.

 

En México, la decisión del Banxico fue cuestionada desde el punto de vista del momento que vive la economía en proceso de desaceleración y con la necesidad de un recorte importante en el gasto público en lo que resta del año y durante 2017, que afectará a nuevas inversiones. En en nuestra opinión, el Banxico busca dos cosas muy importantes, reducir el balance de riesgo inflacionario “a la vista” y mantener estable la tenencia de flujos, especialmente en mercado de dinero. La inflación estimada para septiembre se estaría acercando al 3.0% anual desde 2.73% de agosto. El peso mexicano registró un balance semanal de 2.04% de apreciación, apoyado por el triunfo de Hillary en el debate, el acuerdo que alcanzaron los miembros de la OPEP y el aumento de 50 puntos base en la tasa de referencia por parte del banco central. Técnicamente veríamos movimientos de apreciación posibles entre 19.30 y 18.90 pesos, mientras que al alza vemos por ahora cierto acotamiento a sus niveles máximos en 19.92.

 

Es claro que si la aversión al riesgo aumenta el peso tendrá volatilidad, pero en momentos de “mayor estabilidad global” recuperará terreno, aunque en forma temporal y proporcional. El problema del peso es que está bajo una presión de estructura interna donde la reducción de la deuda pública será la que llegue a marcar un cambio y en ese proceso, pudieran pasar varios meses ya de 2017.

 

En el entorno internacional, el status del Deutsche Bank parece generar un aumento en la aversión al riesgo “sistémico” por su tamaño y efecto cadena con otros bancos europeos, pero con riesgos al sector bancario internacional en mayor o menor medida. A pesar de que el presidente del banco comentó de las grandes reservas y un número de cliente importante, cuando la confianza se “pierde”, la desestabilización de empleados y negocios domina. Porque a pesar de esos datos, la acción en Alemania llegó a tocar recientemente mínimos históricos. El valor de capitalización asciende a 17 mil 950 millones de dólares y cada 10% de ajuste en la acción representa casi mil 800 millones de dólares menos. Parece que el gobierno de EU estaría reduciendo el monto de la multa a la provisión que había hecho el banco en su último reporte de resultados. Sería de 14 mil millones de dólares a unos seis mil millones de dólares. Pero queda ahí el riesgo sobre operaciones de derivados y la falta de confianza la que siga siendo un termómetro de aversión al riesgo bancario en un mes como octubre que se caracteriza por una alta volatilidad.