Un espectacular Celta de Vigo, tanto en ataque como en los marcajes individuales en defensa, superó al Barcelona 4-3, castigado por su rival en cada error propio, con tres goles en diez minutos locos de la primera parte y con otro en la recta final, tras un monumental error de Ter Stegen, que lo mató cuando, enganchado a la calidad de Iniesta, amenazaba con el empate.
Salvo en el primer cuarto de hora, el problema del Barcelona en el primer acto estuvo en la elaboración, sometido por una asfixiante presión de los jugadores celestes, generosos en el esfuerzo, soberbios en lo táctico. Al igual que hace un año, cuando los de Luis Enrique sufrieron una dolorosa derrota (4-1) en Vigo, el Celta volvió a enseñarle sus dientes.
Defendió con una tremenda solidaridad y una precisión táctica casi milimétrica, sólo alterada por una buena combinación del tridente del Barcelona que finalizó Luis Suárez con un disparo demasiado centrado que Sergio Álvarez atajó sin problemas, y con la entrada de Andrés Iniesta tras el descanso.
Sigue crisis merengue
El Eibar sumó por primera vez en su historia en el Santiago Bernabéu, empujando al Real Madrid a una crisis de resultados con cuatro empates consecutivos, tres de ellos en La Liga que provocan que ceda el liderato, sin el físico necesario para acabar agarrado a la épica y sin recursos para cambiar el 1-1.
Un gran Eibar, perfecto en lo táctico, con orden y descaro, salió con aire victorioso del Santiago Bernabéu ante un Real Madrid que ya no puede ocultar sus problemas. Añorando la figura de Luka Modric y el equilibrio de Casemiro, se adentra en su primer momento crítico de la temporada.
La racha irregular en la que entraba el Real Madrid con tres empates consecutivos, exigía una reacción inmediata. Zidane pedía contundencia ofensiva, sin ser crítico con una debilidad defensiva que comienza a ser evidente. Su equipo debía responder a la ausencia de tres jugadores claves.