En un análisis, la  vicecoordinadora de la bancada perredista, Dolores Padierna Luna dijo que en la consulta votó menos del 40 por ciento, y sólo un poco más de la mitad de (50.2%) se manifestó a en contra de los acuerdos de paz; es decir, menos del 20 por ciento de los colombianos se manifestaron en contra de la paz, pero su decisión afectará a todo el país.

 

Destacó que fueron las localidades más afectadas por la violencia, en donde el sí a la paz ganó con porcentajes que van del 53 al 96%.

 

Otra lección que dijo debe atenderse, es “que la derecha ha sabido utilizar mejor la movilización de las pasiones negativas que nosotros de las positivas”.

 

Advirtió que en democracia no basta tener la razón; hay que lograr entusiasmar, “conectar con la gente, escucharla y, sólo después, convencerla. Como izquierda, no debemos dejar espacio a la apatía ni al optimismo que se transforma en conformismo”.

 

 

Este domingo se sometió a votación un acuerdo de paz negociado entre el gobierno que encabeza el presidente Juan Manuel Santos y la guerrilla agrupada en las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Dicho acuerdo intentaba alcanzar un sano equilibrio entre la memoria de todos los afectados y el perdón.

 

La memoria es un derecho de los pueblos, pero el perdón es, por su parte, requisito para que estos puedan cerrar capítulos e ir adelante. De hecho, sólo puede haber perdón donde hay memoria.

 

Sin embargo, esto no logró comunicarse bien y ambas cosas se presentaron como antitéticas a lo largo de toda la campaña. Sobre todo, la derecha, acaudillada en Colombia por Álvaro Uribe, atacó con persistencia el reconocimiento y el perdón. Desgraciadamente fue esta posición la que obtuvo el triunfo. Los votantes dijeron no a la paz.