El buque español “Astral“, perteneciente a la ONG Proactiva Open Arms, encontró esta noche una barca neumática a escasas millas de la costa libia con al menos 22 cadáveres de personas que trataban de cruzar de forma irregular el Mediterráneo, informó a EFE una portavoz de la organización.
Según Laura Lanuza, el capitán del barco comunicó hace unas pocas horas que habían hallado una “gomona” -barca hinchable- a la deriva con 22 cadáveres y que había comenzado a remolcarla a tierra firme.
“Estoy a la espera de que se puedan volver a comunicar para conocer más detalles”, agregó Lanuza antes de explicar que el “Astral” trabaja desde hace días en colaboración con guardacostas libios en una zona situada a escasas siete millas de la costa oeste de Libia.
Horas antes, los propios guardacostas libios rescataron en la misma zona a 140 personas que trataban de alcanzar deforma irregular las costas de Europa en una embarcación precaria, informaron a Efe responsables de este cuerpo.
Según su relato, la lancha neumática se encontraba a la deriva y fue hallada a 14 millas de la costa de Mellita, ciudad situada a un centenar de kilómetros al oeste de Trípoli.
“La mayor parte de los inmigrantes procedían de países del África Subsahariana y entre ellos hay varias mujeres y niños. Han sido trasladados a un centro en la ciudad”, explicó la fuente sin aportar otros detalles.
El responsable reveló, asimismo, que con este rescate son ya 500 las personas que han sido salvadas por guardacostas libios en aguas del Mediterráneo en las últimas 24 horas.
Libia es un Estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la comunidad internacional contribuyera militarmente a la victoria de los rebeldes sobre la dictadura de Muamar al Gadafi.
Desde finales de marzo vive una situación política confusa, con un gobierno de unidad nacional apoyado por la ONU en Trípoli que no cuenta con legitimidad interna y un Parlamento reconocido legalmente aún por la comunidad internacional en Tobruk que se niega a ceder el poder y respaldar al nuevo gabinete.
De la situación han sacado provecho tanto grupos radicales como la rama libia de la organización terrorista Estado Islámico, que en el último año ha ampliado el territorio bajo su control e incluso establecido un nuevo bastión en la costa del Mediterráneo, como los traficantes de personas, que gestionan un negocio millonario.
El año pasado más de 5.000 inmigrantes perdieron la vida al intentar alcanzar las costas de Europa en embarcaciones precarias salidas de las costas de Libia.
dc