En días recientes vimos movimientos de caídas en el oro y la plata. A finales de 2015, estos metales hicieron pisos importantes en sus cotizaciones y tras un inicio volátil en 2016, por una incertidumbre mayor respecto al alza de 25 puntos base por parte de la Fed, temores de una desaceleración mayor de la economía de China y riesgos hacia la economía de Estados Unidos, la tenencia de oro como medio de cobertura ante un entorno complicado fue dominando en la conformación de portafolios.

 

Analizando la oferta y demanda del oro en el segundo trimestre de 2016 vs el mismo periodo de 2015 vimos como la demanda física en joyería y en tecnología decrecieron 14 y 3%, respectivamente. Sin embargo, la parte de inversiones creció 141%, alcanzando montos similares al de joyería.

 

En la demanda de consumo de los principales países, vemos que decreció en el mismo período de comparación tanto en China, como en India y Medio Oriente, mientras que en Estados Unidos se incrementó 33%.

 

El apetito por ETF´s ligados al oro avanzó de manera importante durante el primer semestre del año, alcanzando el mayor monto desde 2003 a la fecha. Los precios del oro se recuperaron y alcanzaron un máximo en el presente año, sobre los mil 360 dólares a principio de julio pasado.

 

A partir de ahí, la cotización se consolidó por varios meses dentro de un rango con piso sobre los mil 300 dólares. Sin embargo, el martes pasado tenía que definir si permanecía en su tendencia de alza o salía de ella.

 

Ventas importantes se dieron, llevando la cotización hacia sus niveles actuales cercanos a los mil 270 dólares, cambiando la percepción de los inversionistas sobre el potencial futuro de éste metal, por lo que prefieren ir reduciendo sus posiciones.

 

Vemos que no es un tema estructural, porque el crecimiento se dio por el lado de los ETF´s y no por demanda física. Los bancos centrales han estado relativamente quietos con cierto sesgo a la venta de posiciones, como fue en su momento Venezuela.

 

Ahora, la pregunta es, ¿hasta dónde pudiera ajustar el oro?, ¿Será compra en el corto plazo o bien hasta que la Fed aumente la tasa de interés entre noviembre y diciembre próximo?

 

Consideramos que existen dos zonas para evaluar si las condiciones se prestan para comprar oro. La primera sería que entre mil 240 y mil 170 dólares presentan un rango proporcional, corrigiendo todo el movimiento de alza que dio entre diciembre de 2015 y julio de 2016. La otra sería que el movimiento correctivo de largo plazo sigue vigente y lo que tuvimos fue una respuesta temporal y por lo tanto, existe el riesgo de ajustes más significativos como sus mínimos anteriores en diciembre del 2015 sobre los mil 50 dólares.

 

Evaluando estas dos alternativas, la compra en la primera zona estaría validada por un escenario de crecimiento moderado mundial, alza gradual en las tasas de interés en Estados Unidos, pero acompañado de un aumento en el nivel de inflación.

 

El segundo es crecimiento moderado, la Fed mantiene incertidumbre sin subir la tasa de interés y la inflación vuelve a zonas limitadas, pero arriba de “cero”.

 

Consideramos que el primer escenario podría tener una mayor probabilidad de ocurrencia, así que esperemos algunas correcciones adicionales y algo de tiempo, en lo que confirma un piso bien sustentado y pensar en que su recuperación podría llevar algo de tiempo.