La producción de huevo en México, que ocupa el quinto lugar en el mundo en este rubro, se encamina a su cuarto año consecutivo con máximos históricos, después de la caída en 2012, cuando tuvo lugar un brote de gripe aviar que obligó a los avicultores a sacrificar gallinas ponedoras.
De acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), de 2012 a 2015, la producción de este alimento básico creció 14.4%, al pasar de 2.318 millones de toneladas en el año de la gripe aviar, hasta 2.652 millones de toneladas el año pasado.
Los productores de huevo no han disminuido el ritmo durante este año, pues en los primeros nueve meses del año ya superaron dos millones de toneladas y se encaminan a concluir con una producción de 2.668 millones de toneladas, en caso de que mantengan la producción promedio en lo que resta del año, apoyada principalmente por el consumo interno.
En el contexto del Día Mundial del Huevo, que se conmemora el 14 de octubre de cada año desde 1996, México se mantiene como el principal consumidor del producto, pues cada habitante del país consume en promedio 22 kilos de este producto.
El huevo es considerado como uno de los alimentos más versátiles del mundo, por lo que a pesar de que el precio de este producto es muy volátil, su consumo se mantiene constante en el país.
Tan sólo en septiembre de este año, el precio de este producto se incrementó 7.05% respecto de su valor al público en agosto, de acuerdo a datos del INEGI, pero la tendencia del consumo permite que el país se ubique por encima de naciones como Japón, Bielorrusia, China y Argentina, que cierran la lista de los cinco consumidores de huevo más grandes del mundo.
Según datos del Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados (SNIIM), al concluir el mes pasado, en la Ciudad de México el kilo de huevo al menudeo se vendió en promedio en 24.25 pesos en la Central de Abastos, mientras que en agosto, el valor de este producto se ubicó en 22.1 pesos.
Sin embargo, el país importa anualmente cerca de 30 mil toneladas de este producto, por lo que el encarecimiento del tipo de cambio representa un riesgo para los productores y los consumidores, pues según estimaciones de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) podría causar un aumento permanente en los precios, aunque la cantidad que se importa es muy poco significativa, al compararla con la producción nacional que asciende a más de 2.6 millones de toneladas al año.